martes, 18 de marzo de 2008

EVANGELIO DE LA VERDAD
Prólogo
16 El Evangelio de la verdad es alegría para quienes han recibido de parte del Padre de la verdad el don de conocerlo por el poder de la Palabra que ha venido desde el Pleroma, la que está en el Pensamiento y el Intelecto del Padre, la que es llamada el Salvador, ya que es el nombre de la obra que debe llevar a cabo para la salvación de quienes eran 17 ignorantes del Padre, pero el evangelio es la manifestación de la esperanza que se descubre por quienes la buscan.
I. SURGIMIENTO DE LA IGNORANCIA
Frustración de la búsqueda y creación ilusoria
Puesto que la Totalidad buscó a Aquel del que habían salido, y la Totalidad estaba dentro de Él, el Incomprensible, el Impensable, que está sobre todo pensamiento, ignorar al Padre produjo angustia y terror. Pero la angustia se tornó densa como una bruma, de manera que nadie podía ver; por este motivo se ha fortalecido el Error; ha trabajado su materia vanamente, puesto que no conocía la verdad. Emprendió una obra disponiendo con esfuerzo y belleza algo semejante a la Verdad. Esto, en realidad, no constituía una humillación para el Incomprensible, el Impensable, puesto que eran nada, la angustia, el olvido y la obra engañosa, en tanto que siendo firme la Verdad es inmutable e inquebrantable y totalmente bella. Por esto, despreciad el Error. De este modo no tenía raíz y estaba en una bruma respecto del Padre, afanado en disponer actividades, olvidos y terrores, para por medio de ellos atraer a los del medio y hacerlos cautivos.
El olvido
El olvido del Error no se manifestó. No es un [...] 18 desde el Padre. El olvido no tuvo lugar desde el Padre, aunque tuvo origen por su causa. Pero lo que nace en él es el conocimiento que se manifestó para que el olvido se disipara y el Padre fuese conocido. Ya que el olvido existió a causa de que el Padre no fue conocido, cuando el Padre sea conocido, el olvido a partir de ese momento dejará de existir.
II. EL DESCUBRIMIENTO DEL PADRE
Jesús crucificado y la existencia en el Padre
Éste es el evangelio del que se busca, que se reveló a los que son perfectos por las misericordias del Padre, el misterio oculto, Jesús, el Cristo, por cuyo medio iluminó a los que estaban en la oscuridad a causa del olvido. Los ha iluminado y (les) ha mostrado un camino. El camino, sin embargo, es la verdad que les ha enseñado. Por este motivo el Error se ha irritado contra él, lo ha perseguido, lo ha maltratado y lo redujo a nada. Lo clavó en un madero (y) fue un fruto del conocimiento del Padre. Pero no fue motivo de destrucción porque fuese asimilado, sino que a los que lo asimilan dio motivos para que sean felices por el descubrimiento, pero Él los descubrió en sí mismo y ellos lo descubrieron en ellos, al Incomprensible, al Impensable, al Padre, el Perfecto, que produjo la Totalidad, en el que está la Totalidad y del que la Totalidad necesita. Aunque ha conservado su perfección en sí, la que no ha dado a la Totalidad, el Padre no era celoso. Pues ¿qué celo podría existir entre Él y sus miembros? 19 Porque si el Eón hubiera recibido así su perfección, no podrían llegar [...] al Padre, el que conserva en sí su perfección, dándosela como una conversión hacia Él y un conocimiento perfectamente único. Él es el que ha producido la Totalidad, en el que está la Totalidad y del que la Totalidad necesita. Como en el ejemplo de alguien al que otros ignoran, que desea que lo conozcan y lo amen, del mismo modo ¿por qué motivo la Totalidad estaría necesitada a no ser que fuese por el conocimiento del Padre? Él (=Jesús) fue un guía, silenciosamente y en reposo.
El Salvador maestro
Apareció en las escuelas, profirió la Palabra como un maestro. Se le aproximaron los sabios, según propia estimación, para probarle. Pero los confundió, porque eran vanos. Ellos lo odiaron, puesto que no eran sabios verdaderamente. Después de todos éstos se aproximaron a él también los niños, a quienes pertenece el conocimiento del Padre. Fortalecidos, aprendieron los aspectos del rostro del Padre. Conocieron y fueron conocidos; fueron glorificados y han glorificado.
III. PREVISIÓN SALVÍFICA
El libro del viviente y la crucifixión
Se manifestó en su corazón el libro que vive del Viviente, el que está escrito en el Pensamiento y el Intelecto 20 [del] Padre y que antes del establecimiento de la Totalidad estaba en su Incomprensibilidad, el que nadie podía tomar, puesto que está reservado para el que lo tomara para ser inmolado. Ninguno hubiera podido manifestarse de cuantos creyeron en la salvación si no hubiera aparecido ese libro. Por ese motivo el compasivo, el fiel, Jesús, aceptó con paciencia los sufrimientos hasta que tomó este libro, puesto que sabe que su muerte es vida para muchos. Del mismo modo que en un testamento se ocultan antes de abrirse los bienes del dueño de la casa fallecido, así sucede con la Totalidad, que permanece oculta en tanto que el Padre de la Totalidad era invisible, siendo un ser engendrado por sí mismo, del que provienen todos los intervalos. Por este motivo apareció Jesús, revistió aquel libro, fue clavado en un madero, y publicó el edicto del Padre sobre la cruz. ¡Oh sublime enseñanza! Se humilló hasta la muerte, aunque la vida eterna reviste. Después de despojarse de estos harapos perecederos, se revistió de la incorruptibilidad que nadie puede sustraerle. Habiendo penetrado en las regiones vacías de los terrores, atravesó por los que estaban desnudos a causa del olvido, siendo conocimiento y perfección, proclamando lo que hay en el corazón 21 [...] [...] enseñar a sus discípulos. Pero los discípulos son el Viviente, los que están inscritos en el libro del Viviente. Reciben la enseñanza sobre sí mismos, la reciben del Padre, y se vuelven de nuevo hacia Él.
Previsión paterna y llamada del elegido
Puesto que la perfección de la Totalidad está en el Padre, es necesario para la Totalidad subir hacia Él. Entonces, el que posee el conocimiento adquiere lo que le es propio y lo atrae hacia sí. Porque el que es ignorante está menesteroso y falto de muchas cosas, puesto que le falta lo que lo perfeccionará. Dado que la perfección de la Totalidad está en el Padre, es necesario que la Totalidad ascienda hacia Él y que cada uno adquiera lo que le es propio. Los ha inscrito de antemano, habiéndolos preparado para darla a los que han salido de Él. Aquellos cuyo nombre conoció de antemano han sido llamados finalmente, de modo que el que posee el conocimiento es aquel cuyo nombre ha sido pronunciado por el Padre, pues aquel cuyo nombre no ha sido dicho es ignorante. Efectivamente, ¿cómo podrá oír aquel cuyo nombre no ha sido convocado? Porque el que es ignorante hasta el fin es una obra del olvido y será disuelto con él, de lo contrario ¿cuál es el motivo de que estos desgraciados carezcan 22 de nombre y de que no exista para ellos una llamada?
Respuesta a la llamada y contenido del Libro
De esta manera el que posee el conocimiento es de lo alto. Si es llamado, escucha, responde y se vuelve hacia quien lo llama para ascender hacia Él. Y sabe cómo se llama. Poseyendo el conocimiento hace la voluntad de quien lo ha llamado, quiere complacerle y recibe el reposo. Su nombre propio aparece. El que llegue a poseer el conocimiento de este modo sabe de dónde viene y a dónde va. Sabe como una persona que habiendo estado embriagada ha salido de su embriaguez, ha vuelto a sí misma y ha corregido lo que le es propio. Él (=Jesús) ha desviado a muchos del Error. Les ha precedido hasta sus lugares, de los que se habían alejado cuando aceptaron el error, a causa de la profundidad del que abarca a todos los intervalos, mientras que ninguno existe que lo abarque a Él. Era una gran maravilla que estuvieran en el Padre sin conocerlo y que fuesen capaces de autogenerarse, puesto que no podían comprender ni conocer a Aquel en el que estaban. Porque de este modo su voluntad no había emergido de Él. En efecto, la reveló en consideración a un conocimiento que persuada a todas sus emanaciones. Éste es el conocimiento del libro viviente que reveló a los 23 eones, por fin, como [sus le]tras, revelando cómo no son vocales ni consonantes, para que el que las lea piense en algo vano, sino que son letras de la Verdad que sólo pronuncian los que las conocen. Cada letra es un pen[samiento] completo, porque son letras escritas por la Unidad, habiéndolas escrito el Padre, para que los eones por medio de sus letras conozcan al Padre.
IV. LIBERACIÓN SALVÍFICA
Advenimiento de la Palabra y reintegración del elegido
Su sabiduría contempla a la Palabra, su enseñanza la pronuncia y su conocimiento la ha revelado. Su clemencia es una corona sobre ella. Su alegría está en armonía con ella; su gloria la ha exaltado; su imagen la ha manifestado; su reposo la ha recibido en sí mismo; su amor hizo un cuerpo sobre ella; su fe la ha rodeado. De esta manera la Palabra del Padre surge en la Totalidad, como el fruto 24 [de] su corazón y como impronta de su voluntad. Pero sostiene a la Totalidad eligiéndola y recibe también el aspecto de la Totalidad. Jesús el de infinita dulzura la purifica, le da vuelta hacia el Padre y la Madre. El Padre descubre su seno. Pero su seno es el Espíritu Santo. Descubre su secreto, su secreto es su Hijo, para que por la misericordia del Padre los eones dejen de inquietarse buscando al Padre y descansen en él sabiendo que es el reposo. Después de haber colmado la deficiencia, ha abolido la forma. Su forma es el mundo en el que fue esclavo.
Disolución del mundo y de lo múltiple Porque la región en donde hay envidia y discordia es deficiente, pero la región en la que hay unidad es perfecta. Puesto que la deficiencia se produjo porque se ignoró al Padre, entonces cuando se conoce al Padre la deficiencia dejará de existir. Como sucede con la ignorancia de una persona, que una vez que conoce se desvanece su ignorancia, como se desvanece la oscuridad cuando aparece 25 la luz, del mismo modo también se desvanece la deficiencia ante la perfección. Así desde ese momento no se manifiesta más la forma, sino que se disolverá en la fusión de la Unidad, porque ahora sus obras yacen dispersas, a la vez que la Unidad dará perfección a los intervalos. En la Unidad cada uno se realizará; en el conocimiento se purificará de la multiplicidad en la Unidad, consumiendo la materia en sí mismo, como una llama, y la oscuridad por la luz y la muerte por la vida. Si estas cosas verdaderamente han sobrevenido a cada uno de nosotros, debemos vigilar sobre todo para que la morada sea santa y esté en silencio para la Unidad.
Parábola de los vasos y juicio de la Palabra
Es lo mismo que en el caso de ciertas personas que han dejado los lugares que tenían vasos en sus puestos que no eran buenos. Si los hubieran roto, tampoco habría sufrido daño el dueño de casa. Sin embargo queda satisfecho, pues en lugar de los vasos deteriorados, los hay llenos, que son de manufactura perfecta. Porque así es el juicio que ha venido de 26 lo alto. Ha juzgado a cada uno, como una espada desenvainada, de doble filo, que corta por ambos lados. Cuando la Palabra apareció, la que está en el corazón de quienes la pronuncian, ella no es sólo un sonido, sino que tomó un cuerpo, una gran turbación sobrevino entre los vasos, porque algunos habían sido vaciados y otros estaban llenos; es decir, algunos habían sido provistos, pero otros derramados, unos purificados, pero otros quebrados.
Perturbación cósmica y derrota del Error
Todas las regiones se agitaron y conmovieron, porque carecían de orden y estabilidad. El Error se desconcertó, ignorando qué hacer; se afligió, lamentándose, y quedó vacilante, porque no sabía nada, después que se le aproximó el conocimiento que es su destrucción y el de todas sus emanaciones, el Error es vano, al no tener nada adentro. La Verdad apareció, todas sus emanaciones la conocieron. Saludaron al Padre verdaderamente con una potencia perfecta que las une con el Padre. Porque cada una ama a la Verdad, puesto que la Verdad es la boca del Padre y su lengua es el Espíritu Santo. El que se une 27 a la verdad se une a la boca del Padre por su lengua, cuando llegue a recibir el Espíritu Santo, puesto que tal es la manifestación del Padre y su revelación a sus eones. Ha revelado lo que de Él estaba oculto y lo ha explicado. Pues ¿quién existe, sino el Padre solamente?
Seres ocultos y descubiertos
Todos los intervalos son sus emanaciones. Han sabido que proceden de Él como hijos provenientes de un hombre perfecto. Sabían que todavía no habían recibido forma y que todavía no habían recibido un nombre, cada uno de los cuales engendra el Padre. En ese momento reciben una forma por su conocimiento, pues aunque estén en Él, no le conocen. Pero el Padre es perfecto, conociendo todo intervalo que está en Él. Si quiere, manifiesta a quien quiere, dándole una forma y dándole un nombre y lo llama y motiva que ellos vengan a la existencia los que antes de venir a la existencia, ignoran a quien los ha formado. No digo, por lo tanto, que no son nada los que todavía no existen, sino que están 28 en Él que querrá que vengan a la existencia cuando quiera, como el tiempo conveniente por venir. Antes de que todas las cosas se manifiesten, sabe lo que producirá. Pero el fruto que todavía no se ha manifestado, nada sabe, ni nada hace. De este modo también cada intervalo que es en el Padre proviene del que es, que lo ha establecido desde lo que no es. Pues el que carece de raíz, tampoco tiene fruto, pero por más que piense interiormente «He comenzado a existir», sin embargo, será destruido por sí mismo. Por este motivo el que no ha existido en absoluto nunca existirá. Entonces ¿qué quiso para pensar de sí mismo? Esto: «He existido como las sombras y los fantasmas de la noche». Cuando la luz ilumina el terror que esa persona ha experimentado, comprende que no es nada.
El estado de pesadilla y el despertar
De este modo eran ignorantes del Padre, al que 29 no veían. Puesto que existía terror, turbación, inestabilidad, vacilación y discordia, eran muchas las ilusiones y las vacuas ficciones que los ocupaban, como si estuvieran sumergidos en el sueño y convivieran con sueños inquietantes. Bien huían a algún lugar, bien se daban vuelta extenuados, después de perseguir a otros, bien daban golpes, bien los recibían, bien caían desde grandes alturas, o bien volaban por el aire, aunque sin poseer alas. A veces (les) sucede como si alguien fuese a matarlos, aunque nadie los persiga, o bien como si ellos mismos mataran a sus vecinos, porque se encontraron manchados con su sangre. Una vez que los que pasan por estas cosas se despiertan, nada ven, aunque estaban en medio de todas estas confusiones, puesto que ellas no existen. Semejante es el modo de los que han rechazado la ignorancia lejos de sí, igual que no tienen en ninguna consideración el sueño, así tampoco consideran sus 30 acciones como algo sólido, sino que las abandonan como un sueño tenido en la noche. El conocimiento del Padre lo aprecian como el amanecer. De esta manera ha actuado cada uno de ellos, como cuando estaban dormidos mientras que eran ignorantes. Y éste es el modo como ha (llegado el conocimiento), como si se despertara. ¡Feliz será el que llegue a darse vuelta y a despertarse! Y bienaventurado es el que ha abierto los ojos del ciego. Y el Espíritu ha corrido tras él, dándose prisa para despertarle. Habiendo tendido la mano al que yacía sobre la tierra, lo afirmó sobre sus pies, pues todavía no se había levantado.
V. INTERVENCIÓN PATERNA
Mediación del Hijo
Les dio los medios de conocerlo, el conocimiento del Padre y la manifestación de su Hijo. Porque cuando lo han visto y lo han oído, les hizo gustarlo y sentirlo y tocar al Hijo bienamado. Cuando apareció, instruyéndoles sobre el Padre, el Incomprensible, cuando les hubo insuflado lo que está en el Pensamiento, cumpliendo su voluntad, cuando muchos hubieron recibido la luz, se dieron vuelta 31 hacia él. Porque los materiales eran extraños y no vieron su semejanza, tampoco lo habían conocido. Pues él vino en una forma carnal, sin encontrar ningún obstáculo a su desplazamiento, puesto que la incorruptibilidad es irresistible. De nuevo, dijo cosas nuevas, hablando sobre lo que está en el corazón del Padre, habiendo proferido la Palabra sin defecto. Una vez que la luz habló por su boca y su voz engendró la Vida, les dio pensamiento e intelecto, la misericordia y la salvación y el espíritu poderoso proveniente de la infinitud y de la dulzura del Padre. Habiendo detenido los castigos y las torturas, puesto que desviaban de su rostro a muchos que estaban en el error y los lazos necesitados de misericordia, ha destruido a ambos con poder y los confundió con el conocimiento.
Parábola de la oveja perdida
Ha llegado a ser un camino para los que iban descarriados y conocimiento para los ignorantes, descubrimiento para los que buscaban y confirmación para los vacilantes e incontaminación para los manchados. Es el pastor 32 que ha dejado las noventa y nueve ovejas que no estaban perdidas y ha ido a buscar a la que estaba extraviada. Se regocijó cuando la encontró, porque noventa y nueve es un número que está en la mano izquierda, que lo contiene. Pero cuando se encuentra el uno, el número entero pasa a la mano derecha. Del mismo modo sucede al que le falta el uno, es decir, la mano derecha completa, que atrae a lo que era deficiente y lo toma del lado de la mano izquierda y lo lleva a la derecha, y de este modo también el número llega a ser una centena. Se trata del signo del que está en su sonido, o sea, del Padre. Incluso en sábado ha trabajado por la oveja que encontró caída en el pozo. Ha reanimado a la oveja subiéndola desde el pozo para que sepáis íntimamente, vosotros, los hijos del conocimiento interior, cuál es el sábado, en el que no es conveniente que la salvación descanse, para que podáis hablar del día de lo alto, que carece de noche, y de la luz que no se oculta, porque es perfecta. Decid, pues, desde el corazón que sois el día perfecto y que en vosotros mora la luz que no desfallece. Hablad de la verdad con los que la buscan y [del] conocimiento a los que han pecado en su error.
VI. DEBERES DEL ELEGIDO
33 Afirmad el pie de los que vacilan y tended vuestra mano a los débiles. Alimentad a quienes tienen hambre y consolad a los que sufren. Levantad a los que quieren levantarse y despertad a los que duermen, porque sois el entendimiento que atrae. Si actuáis así como fuertes, seréis también más fuertes. Prestaos atención a vosotros mismos y no os preocupéis de las otras cosas que habéis apartado de vosotros. No volváis a lo que habéis vomitado para comerlo. No seáis polillas. No seáis gusanos, porque ya lo habéis rechazado. No seáis un lugar para el diablo, porque ya lo habéis destruido. No consolidéis vuestros obstáculos, los que sois vacilantes, aunque seáis como un apoyo (para ellos). Pues al licencioso se lo debe tratar incluso como más nocivo que al justo. Efectivamente el primero actúa como una persona sin ley, pero el último actúa como una persona justa entre los demás. Así pues, vosotros haced la voluntad del Padre, puesto que le pertenecéis.
VII. EL PADRE Y LOS ELEGIDOS
El elegido como fragancia del Padre
Porque el Padre es dulce y lo que hay en su voluntad es bueno. Ha tomado conocimiento de lo que es vuestro para que podáis reposar en Él. Porque por los frutos se toma el conocimiento de las cosas que son suyas, ya que los hijos del Padre 34 son su fragancia, pues existen desde la gracia de su rostro. Por esta razón el Padre ama su fragancia y la manifiesta en toda región, y si la mezcla con la materia, da su fragancia a la luz y en su Silencio la hace superar toda forma (y) todo sonido, pues no son los oídos los que perciben la fragancia, sino que es el hálito que tiene el sentido del olfato y atrae la fragancia hacia sí y se sumerge en la fragancia del Padre, de manera que así lo protege y lo lleva al lugar de donde vino, de la fragancia primera que se ha enfriado como algo en una obra psíquica, semejante al agua fría que se congela sobre la tierra que no es firme y que los que la ven piensan que es tierra, pero después de nuevo se disuelve. Las fragancias, pues, que se han enfriado provienen de la división. Por este motivo vino la fe, disolvió la división y aportó el Pleroma cálido de amor para que el frío no vuelva de nuevo, sino que exista la unidad del pensamiento perfecto.
Perfeccionamiento en el Padre
Ésta es la Palabra del evangelio del descubrimiento del Pleroma, para los que esperan 35 la salvación que viene de lo alto. Mientras que su esperanza, por la que esperan, está en expectativa, ellos cuya imagen es luz, sin ninguna sombra, entonces, en ese momento, el Pleroma sobreviene. La deficiencia material no proviene de la infinitud del Padre, el que viene a dar tiempo para la deficiencia, aunque nadie podría sostener que lo incorruptible pudiera venir de esta manera. Pero la Profundidad del Padre se multiplicó y el pensamiento del Error no existía con él. Es algo que declina, es algo que fácilmente se pone derecho de nuevo con el descubrimiento de Aquel que ha venido hacia él al que recuperará. Porque este retorno es llamado arrepentimiento. Por este motivo la incorruptibilidad ha soplado y ha ido detrás del que ha pecado para que pueda descansar. Porque la clemencia es lo que queda para la luz en la deficiencia, la Palabra del Pleroma. En efecto, el médico va ligero hacia el lugar en donde hay un enfermo, porque ahí está la voluntad que hay en él. El que es deficiente, entonces, no se oculta, porque uno posee lo que al otro le falta. De esta manera el Pleroma que no es deficiente, pero que colma la deficiencia, es lo que 36 Él suministró desde sí mismo para completar lo que le falta, para que así reciba la gracia. Cuando era deficiente, no tenía la gracia. Por esto había deficiencia en el lugar en donde no había gracia. Una vez que aquélla, que estaba disminuida, se recibió, reveló lo que le faltaba, siendo (ahora) Pleroma, es decir, el descubrimiento de la Luz de la Verdad que apareció sobre él porque ésta es inmutable.
Unción del elegido y el paraíso como lugar del reposo
Por esto se habló de Cristo en su medio para los que estaban angustiados pudieran retornar y él pudiera ungirlos con el ungüento. Éste es la misericordia del Padre que tendrá misericordia de ellos. Pero aquellos a los que ha ungido son los perfectos. Porque los vasos llenos son los que habitualmente se untan. Pero cuando la untura de un vaso se disuelve, está vacío y el motivo de su deficiencia es la causa por la que su untura desaparece. Porque en ese momento lo atrae un soplo, algo por el poder de lo que está con él. Pero de aquel que carece de deficiencia ningún sello es levantado, ni nada se derrama, sino que aquello de lo que está falto el Padre perfecto una vez más lo llena. Él es bueno. Conoce a sus simientes, porque es el que las ha sembrado en su paraíso. Pero su paraíso es su lugar de reposo. Éste 37 es la perfección en el pensamiento del Padre, y éstas son las palabras de su reflexión. Cada una de sus palabras es la obra de su voluntad única en la revelación de su Palabra. Mientras estaban todavía en la profundidad de su pensamiento, la Palabra que fue la primera en adelantarse las reveló junto con el Intelecto que profiere la Palabra única en la gracia silenciosa. Ha sido llamado Pensamiento, porque estaba en Él antes de revelarse. Le correspondió, pues, adelantarse la primera cuando la voluntad de Aquel que quiso lo determinó.
La voluntad inescrutable del Padre
Pero la voluntad es que el Padre esté en reposo y complacido. Nada sucede sin la voluntad del Padre, pero su voluntad es inescrutable. Su huella es la Voluntad y nadie puede conocerla ni es posible a nadie escudriñarla para comprenderla. Pero cuando quiere, lo que quiere ahí está, aun cuando el espectáculo no les agrade del modo que sea ante Dios, cuando el Padre quiere. Porque conoce el comienzo de todos y su final. Al final, efectivamente, los interpelará directamente. Pero el fin consiste en conocer al que está oculto, y Éste es el Padre, 38 del que ha salido el principio y hacia el que retornarán los que han salido de Él. Ellos, por otra parte, han aparecido para la gloria y la alegría de su nombre.
VIII. EL NOMBRE DEL PADRE ES EL HIJO
El nombre del Padre, empero, es el Hijo. Es Él el que en el Principio dio un nombre al que ha salido de sí, que era Él mismo y al que engendró como Hijo. Le ha dado su nombre, el que le perteneció; es aquel al que le pertenece todo lo que existe en torno al Padre. Suyo es el nombre; suyo es el Hijo. Es posible para éste verlo. Pero el nombre es invisible porque sólo él es el secreto del Invisible que viene a los oídos que están completamente llenos de él por él. Porque, realmente, el nombre del Padre no es dicho, sino que se revela por medio del Hijo. Entonces y siendo así ¡grande es el nombre! ¿Quién, entonces, podrá pronunciar un nombre para Él, el gran nombre, salvo Él solo al que pertenece el nombre y los hijos del nombre, en los que descansó el nombre del Padre, los que a su vez descansaban en su nombre? Puesto que el Padre es inengendrado, Él solo es el que lo engendró como nombre para sí mismo antes de producir los eones, para que el nombre del Padre estuviese sobre sus cabezas como Señor, el que es el nombre 39 verdadero, firme en su autoridad por la potencia perfecta. Porque el nombre no pertenece a las palabras ni su nombre forma parte de las denominaciones sino que es invisible. Se dio un nombre para sí solo, puesto que Él solo se contempla y solo tiene capacidad para darse un nombre. Porque el que no existe carece de nombre. Pues ¿qué nombre se puede dar al que no existe? Pero El que es, es asimismo con su nombre, y el único que le conoce y el solo que sabe darle un nombre es el Padre. El Hijo es su nombre. Por lo tanto no lo ha ocultado, sino que ha existido y en cuanto es el Hijo, sólo Él dio un nombre. El nombre, por lo tanto, es del Padre, igual que el nombre del Padre es el Hijo. Puesto que ¿en dónde la misericordia encontraría este nombre, si no es junto al Padre? Pero seguro que alguno dirá a su vecino: «¿Quién dará un nombre al que existía antes que él, como si los niños no recibieran un nombre 40 de los que los han engendrado?» Primero, entonces, nos conviene entender acerca de este tema: «¿qué es el nombre?». Éste es el nombre auténtico; por lo tanto no es el nombre que deriva del Padre, puesto que es el nombre propio. No ha recibido, por consiguiente, el nombre en préstamo como los demás, según el modo como cada uno es producido, sino que éste es el nombre propio. No hay ningún otro al que se lo haya dado. Pero él es innominable e indescriptible, hasta el momento en que éste, que es perfecto, sólo lo expresó. Y él es el que tiene el poder para proclamar su nombre y contemplarlo. Por consiguiente, cuando le ha parecido bien que su nombre amado sea su Hijo y le dio el nombre a él, este que salió de la profundidad, expresó sus realidades, sabiendo que el Padre es carente de mal. Por esto también lo ha enviado para que hablase del lugar y de su lugar de reposo desde el que ha venido 41 y glorificase al Pleroma, la grandeza de su nombre y la dulzura del Padre.
IX. EL REPOSO DEL PADRE
Sobre el lugar de donde ha venido cada uno hablará y hacia la región en la que ha recibido su constitución retornará con prisa y abandonará esta región, la región donde se halló recibiendo gusto de aquel lugar, nutriéndose y creciendo. Y su lugar propio de reposo es su Pleroma. De este modo todas las emanaciones del Padre son plenitudes, y la raíz de todas estas emanaciones está en que a todas las hizo crecer en Él mismo. Él les ha asignado sus destinos. Cada una de ellas se ha manifestado, para que por su propio pensamiento [...]. Porque el lugar hacia el que extienden su pensamiento, ese lugar, su raíz, es la que las eleva en todas las alturas hacia el Padre. Toman posesión de su cabeza, que es reposo para ellas, y son sostenidas, uniéndosele, de manera que dicen que han participado de su rostro con sus besos. Pero no se manifiestan 42 de esta manera, ya que no fueron elevadas por sí mismas; tampoco han sido privadas de la gloria del Padre ni lo concibieron como pequeño ni duro, ni irascible, sino como carente de mal, imperturbable, dulce, conociendo todos los intervalos antes de que existieran y sin haber tenido necesidad de instruirse. Ésta es la manera de ser de los que poseen (algo) de lo alto de la grandeza inconmensurable, en tanto que esperan al Uno solo y perfecto, que está allí para ellos. Y no descienden al Hades ni hay para ellos celos ni lamento ni muerte, sino que descansan en el que permanece en reposo, sin esforzarse ni dar vueltas en torno a la verdad. Por el contrario, ellos mismos son la verdad y el Padre está en ellos y ellos están en el Padre, siendo perfectos, siendo indivisibles en el verdaderamente bueno, de nada necesitan, sino que permanecen en reposo, refrescados por el Espíritu. Y tendrán en cuenta su raíz. Se interesarán por estas cosas en las que encontrarán su raíz y no sufrirán pérdida para su alma.
Conclusión
Tal es el lugar de los bienaventurados. En cuanto a lo demás, sepan en sus lugares que no me es conveniente, 43 habiendo estado en el lugar de reposo, decir nada más. Pero es en él en el que estaré, y para consagrarme por entero al Padre de la Totalidad y a los verdaderos hermanos, aquellos sobre los que el amor del Padre se derrama y en cuyo medio nada de Él falta. Son ellos los que se manifiestan verdaderamente, puesto que existen en la vida verdadera y eterna, y hablan de la luz que es perfecta y colmada de la simiente del Padre, y que está en su corazón y en el Pleroma, mientras que su Espíritu se recogija en esto y glorifica a Aquel en el que ha existido porque es bueno. Y sus hijos son perfectos y dignos de su nombre, porque Él es el Padre y son hijos de
este tipo los que Él ama.
Nota: la numeración corresponde a las páginas del manuscrito
EVANGELIO DE LOS EGIPCIOS
Introducción
El libro sa[gra]do [de los egipcios] sobre el gran [Espíritu] invisible, el Padre cuyo nom[bre] no se puede pronunciar, [el que provie]ne de las alturas de [la perfección, la l]uz de la luz de los [eones de luz]; la luz del [silencio del Pre]pensamiento [y] el Padre del Silencio, la [luz] de la Palabra [y] la Verdad; la lu[z de las] 41 inco[rrupti]bilida[des], [la] luz que es sin límite; [el] resplandor a partir de los eones de luz del Padre inmanifestable, insignificativo, insenescible e improclamable, el Eón de los eones, el autoengendrado, el [au]togenerado, el autoproducido, extranjero, el Eón verdaderamente verdadero.
Manifestación de las tres potencias
Han provenido tres poderes de él, ellos son el Padre, la Madre, el Hijo, des[de] el Silencio viviente que proviene del [Pa]dre incorruptible. Éstos han venido, empero, a partir del Silencio del Padre oculto.
Composición del reino de la luz
[Y] a partir de este lugar ha provenido Domedón Doxome[dón, el Eón de] los eones y la l[uz de cada] uno de [sus] poderes; [y de este] modo el Hijo lle[gó] cuarto, la Madre [quin]ta, [el Pad]re sexto. Él existía [...], pero sin proclamar. [Es] el que es insignificativo entre to[das las potencias], las glorias y las incorru[ptibi]lidades.
LAS TRES OGDÓADAS
I. Manifestación
A partir de este lugar [pro]cedieron las tres potencias. 42 Las tres Ogdóadas que [el Padre] en (el) Silencio junto con su Prepensamiento [manifestó] desde su seno, es decir, el Padre, la Madre y el Hijo.
II. La primera Ogdóada
La pri[me]ra Ogdóada, por la que el Triple Varón p[ro]cedió, que es el Pensamiento y [la Pa]labra y la Incorruptibilidad y la Vi[da e]terna, la Voluntad, el Intelec[to] y el Preconocimiento, el Andró[gi]no paterno.
III. La segunda Ogdóada
La segunda poten[cia] ogdoádica, la Madre, la Ba[rb]elón [vir]ginal EPITITIOCH[.] [...] AI, MEMENEAIMEN[... que] domina sobre el cielo; KARB[...] el poder que no se puede interpre[tar], la Madre indecible. [Ella na]ció de sí misma [...], procedió. [Es]tuvo de acuerdo con el Padre del [Silencio si]lencioso.
IV. La tercera Ogdóada El tercer [poder og]doádico, el Hijo del Si[lencio silencioso] junto con la corona del Silencio si[lencioso y] la gloria del Padre y la excelen[cia] [de la] 43 [Madre]. Produjo desde el se[no] los siete poderes de la gran [l]uz de los siete sonidos y la Pala[bra e]s su cumplimiento.
V. Recapitulación
Éstos son los tres [poderes], las tres Ogdóadas que el Pa[dre e]n su Prepensamiento proyectó [desde] su seno; los proyectó [en] este lugar.
Descripción del eón Doxomedón
Procedió, entonces, Domeón Doxome[dón], el eón de los eones, y el [tro]no que está en él y las potencias [que] lo r[od]ean, las glorias y las in[corrup]tibilidades. [El P]adre de la gran lu[z que procedió d]el Silencio. Es [el gran Doxom]edón, el eón en el que [el triple va]rón reposa y consolidaron [en él] el trono de su glo[ria, aquel] en el que su Nombre inmanifesta[ble está] inscrito en la tableta [...]. Una es la Palabra, el Pa[dre de la Lu]z del todo. El que [proce]de del Silencio, descansan[do] en el Silencio, aquel cuyo 44 Nombre (está) en un símbolo in[visible; un mis]terio oculto, in[visible, pro]cedió IIIIIIIIIIIIIIIIIII[III] HHHHHHHHHHHHHHHHHHHH[HH O]OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO YY[YY]YYYYYYYYYYYYYYYYYY EEEEE[]EEEEEEEEEEEEEEEEE AAAAAAA[AAAA]AAAAAAAAAAA WWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW.
Alabanza y ruego de las Ogdóadas
Y [de este] modo las tres potencias dieron alabanza al [grande], invisible e in[nomina]ble Espíritu virginal, inapelable y [a su] virgen masculina. Pidi[eron una] potencia. Procedio, pues, un Si[lencio] silencioso viviente, como glo[rias] e [in]corruptibilidades en los eones [... eo]nes por miríadas se agregaron [... a los] tres masculinos las [tres...] generaciones masculinas, las raz[as masculinas lle]naron al gran eón Doxom[edón con] el poder de la Palabra del P[leroma entero].
El ruego del Infante triple varón
Entonces [el Infante] tres veces masculino [del gran] Cristo al que había ungido el [gran Espíritu invisi]ble, aquel [cuyo] poder fue [llamado] Ainon, dio ala[banza al] gran Espíritu invisible [y a su] virgen masculina Yo[uel y] al Silencio de silencioso silencio y la [grande]za [...]
(Faltan las pp. 45 a 48, pero IV 56,1 prosigue así:)
[...] que es admirable [... ine]fable [...] [...], el que posee las grande[zas] to[da]s [de] grandeza [del] silen[cio] silencioso en [este lugar]. El In[fan]te tres veces v[arón] emitió [una a]labanza y pidió [un poder a partir del [gran] Espíritu [in]vi[sible virgin]al.
Manifestación de Youel y Esefec Entonces se manifestó en este lugar [...] que [...] [... que] ve las glo[rias] [... te]soros en un [...][...] miste[rio invisi]ble [...] del Silencio [que es el var]ón vir[gen Youel]. [En]tonces [se manifes]tó [el Infante del In]fante, Esef[ec].
Recapitulación
Y [así] se completó, pues, el [Padre, la] Madre y el Hi[j]o, los cin[co se]llos, el poder invic[to] que [es] el gran [Cristo] de los inco[rrupti]bles 57todos [...] santo [...] [...] el fin [...], el [inco]rruptible y son poderes y [glorias e] incorrupti[bilidades] [...] llegaron [...] [las líneas 8-12 son ilegibles]. Éste dio [una alabanza] al inmani[festable, misteri]o oculto [...] [el] ocul[to] [...] [faltan las ls. 17-20] le en el [...] [y] los eones [... t]ronos [...] y [...] cada uno [...] [lo] ro[dean] miríadas de [poderes i]nnumerables, 58 [glo]rias e [inco]rruptibilidades [...] y ellos [... del] Padre [y] la Ma[dre y] el Hijo y [el Pleroma] entero que anteriormente [he mencionado y los] cinco se[llos] [y el miste]rio de [misterios]. Se manifes[taron] [las líneas 9-12 son ilegibles] [el que] domina [sobre] [...] y los eones de [... verda]de[mente] y los [...] [...] para siempre [son ilegibles las líneas 19-20] [...] y los eones eter[nos verda]deramente verdaderos.
Manifestación del Pre pensamiento
Entonces se mani[festó] un [Pre]pensamiento en un silencio y un [silen]cio vi[viente de]l Espíritu [y un]a Palabra [del] Padre y [una] luz. Ella [... los cinco] 59sellos que el [Padre emi]tió desde su seno. Atra[vesó] los eones todos que anterior[mente] he dicho. Y estableció tronos de gloria y miríadas de ángeles [innu]merables [que le] rodean, [pode]res [y] glorias [inco]rruptibles, que [cantan] y glorifican alabando todos con una [vo]z [úni]ca, con un acorde, [con una vo]z y que nunca callan [...] [... a]l Pa[dr]e y a la [Madre y al Hi]jo [...] [y los Ple]rom[as todos] que an[teriormente] he mencionado que es [el gran] Cristo, que (es) a partir de un [Silencio, el que] es el Infante in[co]rrup[tible] TELMAEL TELMACH[A]EL [ELI EL]I MACHAR MACHAR [SETH el] poder [que] vive verda[deramente de ver]dad, y [el va]rón [vir]gen que está con [él, Y]ouel, [y Es]efec, [el] resplandeciente, el Hij[o] del Hijo [y la co]rona de su gloria [...] de los cin[co se]llos, [el Ple]roma que he men[cionado] anteriormente.
Manifestación de la Palabra
60 Entonces [lle]gó la gran [Palabra] autoengendrada viviente, [el D]ios verdadero, la na[turaleza] ingénita, aquel cuyo nombre os diré: [...]AIA[...] THAOTHOSTH[...] que e[s el] Hijo del [gran] Cristo, que es el Hijo [del] Silenci[o in]decible [que] llegó a ser desde el gran [in[visible] e incorruptible [espíritu]. El [Hijo del Silencio y [en Si]lencio se manifestó [línea 14 ilegible] [... in]visible [...] [...] [hom]bre [y los] tesoros [de] su gloria. [Entonces] se manifestó en el [...] revelado [...]. Y estableció los cuatro [eones]. Con una Palabra los estableció.
La alabanza de la Palabra
Dio una [alabanza] al gran [in]visible Espíritu vir[gi]nal. [El Silencio] del [Pad]re en un silen[cio del] Silencio vi[viente si]lenc[ioso], [el lu]gar en donde el hombre [...] permanece [...] [...] a través de [...] [continúa NHC III]: La plasmación y origen de Adamas
49 [... se manifestó en este lugar] la nu[be de la] gran luz, la potencia [v]iviente, la Madre de las incorruptibilidades santas, el gran poder, la Mirotoe, y engendró a aquel que nombro su nombre cuando digo: IEN [I]EN EA EA EA, tres veces. Porque este Adamas es la luz resplandeciente que existe desde el Hombre, el pri[me]r Hombre, por cuyo medio todo existe y por el que todo es (y) sin el que nada existe. Emitió el Padre inconcebible, incomprensible. Él descendió de lo alto para suprimir la deficiencia.
La unión de Adamas y la Palabra
Entonces la gran Palabra, el autoengendrado divino y el hombre incorruptible Adamas se mezclaron entre sí. Llegó a ser, pues, una Palabra de Hombre y el Hombre, asimismo, llegó a ser por una Palabra.
La alabanza de la Palabra y Adamas
Dio alabanza al grande, invisible, incomprensible, virginal Espíritu y a la virgen masculina y al Infante tres veces varón 50 y a la [v]ir[gen] masculina Youel y a Esefec, el res[plande]ciente, Infante del Infante y la corona de su gloria y el poder del eón Doxomedón y los tronos que están en él, y los poderes que lo rodean, las glorias [y] las incorruptibilidades y el Pler[o]ma entero, que mencioné anteriormente, y la tierra etérea, la receptora de Dios, el lugar en el que reciben la imagen los hombres santos de la gran luz, los hombres del Padre, del Silencio silencioso vi[vi]ente, el Padre y el Pleroma total, al que antes me he referido.
El pedido de la Palabra y Adamas
Dieron alabanza la gran Palabra, el Autoengendrado divino y el hombre incorruptible Adamas, pidieron una potencia y fuerza para siempre para el Autoengendrado para plenitud de los cuatro eones, de modo que por medio de ellos se manifestaran 51 [...] la gloria y la po[ten]cia del Padre invisible del hombre santo de la gran luz que vendrá al mundo que es la apariencia de la noche. El hombre incorruptible Adamas les pidió un hijo a partir de él, para que fuera padre de la raza inquebrantable e incorruptible de modo que por medio de ella se manifestara el Silencio y la Voz y por medio de ella surgiera el eón que es mortal para que se disolviera.
Generación de las cuatro luminarias y de Set
Y de este modo vino de lo alto la potencia de la gran luz, la manifestación. Ella generó las cuatro luminarias: Armozel, Oroiael, Daveité y Elelet y al gran incorruptible Set, el hijo del hombre incorruptible, Adamas.
El cumplimiento de la Hebdómada y las consortes de las luminarias
Y de este modo se completó la Hebdómada perfecta que existe en misterios 52 ocultos. Una vez que reci[bió] la g[loria] fue once Ogdóadas. Y respondió afirmativamente el Padre. Estuvo de acuerdo el Pleroma entero de las luminarias. Procedieron sus [con]sortes para el acabamiento de la Ogdóada del divino Autoengendrado: la Gracia, de la primera luminaria, Armozel; la Sensibilidad de la segunda luminaria, Oroiel; la Inteligencia de la tercera luminaria, Daveite; la Prudencia de la cuarta luminaria, Elelet. Ésta es la primera Ogdóada del Autoengendrado divino.
Los servidores de las luminarias y sus consortes
Y aceptó el Padre. Estuvo de acuerdo el Pleroma entero de las luminarias. Procedieron los [servidores]. El primero el gran Gamaliel, (de) la primera gran luminaria, Armozel. Y el gran Gabriel, (de) la segunda gran luminaria, Oroiel. Y el gran Samio, de la gran luminaria, Daveite. Y el gran Abrasax, de 53 la [gran luminaria], Elelet. Y [las con] sortes de éstos procedieron por la voluntad de la buena voluntad del Padre, la Memoria del grande, el primero, Gamaliel; el Amor del grande, el segundo, Gabriel; la Paz del tercero, el gran Samblo; la Vida eterna del grande, el cuarto, Abrasax. De este modo se completaron las cinco Ogdóadas, cuarenta en total, como un poder que no se puede interpretar.
La petición de la Palabra y el Pleroma
Entonces la gran Palabra, el Autoengendrado [y] la Palabra del Pleroma de las cuatro luminarias dio alabanza al gran Espíritu invisible, inapelable, virginal y a la virgen masculina y el gran eón Doxomedón y a los tronos que están en ellos y a los poderes que los rodean y a las glorias y a las autoridades y a los poderes [y] al Infante tres veces varón y a la virgen masculina Youel y a Esefec, 54 el resplandeciente, [el Infante] del Infante y la corona de [su glo]ria, el Pleroma total, y a las glorias todas que están en este lugar, los pleromas sin fin [y] los eones innominables, para que den nombre al Padre como el cuarto junto con la raza incorruptible, para poder llamar a la semilla del Padre la semilla del gran Set.
Respuesta a la petición
Entonces todos se agitaron y el temblor dominó a los incorruptibles. Entonces el Infante tres veces varón procedió desde arriba hacia abajo en los inengendrados y los autoengendrados y los que fueron engendrados en lo que es engendrado. Procedió la grandeza, la grandeza total del gran Cristo. Estableció tronos en gloria, miríadas innumerables en los cuatro eones que lo rodean, miríadas innumerables, potencias y glorias 55 e incorruptibilidades. Y dimanó de esta manera.
Aparición de la iglesia espiritual
Y la in[co]rruptible asamblea espiritual acreció en las cuatro luminarias del gran Autoengendrado viviente, el Dios de la Verdad, alabando, cantando y glorificando con una voz única, con un acorde y con una voz sin descanso al Padre y a la Madre, y al Hijo y al Pleroma todo, como he dicho. Los cinco sellos que están en las miríadas y que gobiernan sobre los eones y que transportan las glorias de los guí[a]s fueron encargados de revelarse a los que son dignos. Amén.
La alabanza de Set y la petición por su simiente Entonces el gran Set, el hijo del incorruptible hombre Adamas, dio alabanza al grande, invisible, indecible, innominable, virginal Espíritu y a la [virgen] mas[cu]lina [y al Infante tres veces masculino y a la] virgen [masculina] Youel y a Esefec el resplandeciente de su gloria, y a la corona de su gloria, el Infante del Infante, 56 y al gran eón Doxomedón y al Pleroma del que he hablado anteriormente. Y él pidió por su semilla.
Plesitea y su obra
Entonces vino de este lugar el gran poder de la gran luminaria Plesitea, la madre de los ángeles, la madre de las luces, la madre gloriosa, la virgen de cuatro pechos aportando el fruto desde Gomorra como fuente junto con Sodoma que es el fruto de la fuente de Gomorra que está en ella. Vino a través del gran Set.
El júbilo del gran Set
Entonces el gran Set se alegró por el don que se le concedió por el incorruptible Infante. Tomó su simiente de la virgen de los cuatro pechos y la colocó con él en el cuarto eón (y) en la tercera gran luminaria Daveité.
Creación de los gobernadores del mundo
Después de cinco mil años la gran luminaria Elelet dijo: «Gobierne alguno sobre el caos y el Hades». Y apareció una nube 57 [cuyo nombre e]s Sabiduría material [... ella] miró las regiones [del caos], siendo su rostro como [...en] su forma [...] [...] sangre. Y dijo [el gran á]ngel Gamaliel [al gran Gabrie]l, el servidor de [la gran lu]z, Oroiael. Él [dijo: «Un á]ngel salga [para que go]bierne sobre el caos [y el Hades. Enton]ces la nube [satisfecha vino] en las dos mónadas [de las cuales cada] una tenía una luz [... tro]no que ella había colocado [arriba] en la nube. [Entonces v]io Saclas, el gran [ángel, a]l gran demon [que está con él, Nebr]uel. Y llegaron a ser [juntos un] espíritu generador de la tierra. [Generaron án]geles asis[tentes. Dijo] Saclas al gran [demon Neb]ruel: «Se[an los do]ce eones en [el ...] eón, mundos». [... di]jo el gran án[gel Saclas] por la voluntad del 58 Autoengendrado: «Lleguen a ser [...] del número de siete [...]». Y dijo a los [grandes ángeles]: «Id y que [cada uno] de vosotros reine sobre su [mundo. Fue]ron cada uno [de estos] doce [ángeles]. El primer ángel es At[ot. Es aquel] al que llaman [las grandes ra]zas de los hombres [... El se]gundo es Harmas, [que es el ojo del fuego]. El tercero [es Galila. El cuar]to es Yobel. [El quinto es A]doneo. El sexto [es Caín, al que lla]man las [grandes razas] de hombres, el Sol. El [séptimo es Abel]; el octavo, Aquiresina; el [noveno, Yubel]; el décimo es Harm[upiael; el dé]cimo primero es Ar[ciadoneo]; el décimo segundo [es Beliás. Éstos son] los que presiden el Ha[des y el caos].
La arrogancia de Saclas
Y después de la fundaci[ón del mundo] dijo Saclas a sus á[ngeles: Yo], yo soy un Di[os celoso] y fuera de mí nin[gún otro existe», puesto que 59 creía en su realidad.
El rencor de Saclas y la plasmación del hombre Entonces una voz vino de lo alto diciendo: «Existe el Hombre y el Hijo del Hombre», a causa del descenso de la imagen de lo alto, que es similar a su voz en la altura de la imagen que ha visto. Por medio de la visión de la imagen de lo alto se plasmó la primera criatura.
Actividad redentora de arrepentimiento
A causa de esto existió el arrepentimiento. Recibió su cumplimiento y su poder por la voluntad del Padre y su acuerdo con lo que aceptó de la gran raza incorruptible, inquebrantable, del gran hombre poderoso del gran Set, para que la sembrara en los eones que han sido engendrados para que por él (= arrepentimiento), se completara la deficiencia. Porque había bajado de arriba al mundo que es la apariencia de la noche. Cuando llegó, rogó conjuntamente por la semilla del Arconte de este eón y [las] autoridades que existían a partir de él, aquella contaminada que será destruida del dios engendrador del demon y rogó por la semilla 60 de Adán, que es semejante al sol, del gran Set.
La obra de Hormos
Entonces vino el gran ángel Hormos para preparar por medio de las vírgenes de la generación corrompida de su eón en una Palabra-engendrada, vaso santo, a través del Espíritu santo, la semilla del gran Set.
El lugar de la semilla de Set
Entonces vino el gran Set. Trajo su simiente y fue sembrada en los eones que habían sido producidos, cuyo número es la cifra de Sodoma. Algunos dicen que Sodoma es el lugar de residencia del gran Set, que es Gomorra, pero otros (dicen) que el gran Set tomó su savia de Gomorra y la plantó en el lugar sagrado que dio el nombre a Sodoma.
La generación deEdocla
Ésta es la raza que vino por medio de Edocla. Porque generó en la Palabra a la verdad y la justicia, el origen de la semilla de la vida eterna que está junto con los que resistirán a causa del conocimiento de su emanación. Esta es la gran raza incorruptible que ha venido a través de los tres 61 mundos al mundo.
Peligros de la semilla de Set
Y el diluvio fue una figura en relación con la consumación del eón. Pero será enviado al mundo a causa de esta raza. Por consiguiente una conflagración tendrá lugar sobre la tierra. Y la gracia estará con los que pertenecen a la raza por medio de los profetas y los guardianes que guardan la vida de la raza. Por motivo de esta generación habrá hecatombes y plagas. Pero esto sucederá a causa de la gran raza incorruptible. Porque por esta raza tendrán lugar tentaciones, un error de falsos profetas.
Set reconoce las artimañas del Maligno
Entonces el gran Set vio la actividad del Maligno y sus múltiples encubrimientos y sus proyectos, los que se llevarán a cabo contra su raza incorruptible, inquebrantable, y las persecuciones de sus poderes y sus ángeles y el error de ellos, que opera audazmente contra ellos mismos.
Set pide guardianes para su generación
Entonces el gran Set dio alabanza al grande, indecible, al Espíritu virginal y a la 62 virgen masculina Barbelón, y al Infante tres veces masculino TELMAEL TELMAEL, HELI HELI, MACHAR MACHAR SETH, la potencia verdadera que vive verdaderamente y a la virgen masculina Youel y a Esefec el resplandeciente de gloria y la corona de su gloria y al gran eón Doxomedón y a los tronos que están en él. Y los poderes que lo rodean y el Pleroma todo como antes he dicho, y pidió guardianes para su semilla.
Llegada de los guardianes
Entonces procedieron desde los grandes eones cuatrocientos ángeles etéreos acompañados por el gran Aerosel y el gran Selmequel, para guardar a la gran raza incorruptible, su fruto y a los grandes hombres del gran Set desde el tiempo y el momento de la verdad y la justicia hasta la consumación del eón y sus arcontes, a los que han juzgado los grandes jueces de la muerte.
La misión de Set
Entonces el gran Set fue enviado por las cuatro luminarias de acuerdo con la voluntad del 63 Autoengendrado y el Pleroma entero, gracias [al don] y el buen consentimiento del gran Espíritu invisible y los cinco sellos y el Pleroma todo.
La obra de Set
Atravesó las tres presencias que he dicho antes, y el diluvio y la conflagración y el juicio de los arcontes y las potencias y las autoridades para salvar a la que se extravió por la reconciliación del mundo, y el bautismo por una Palabra-engendrada corporal que preparó para sí el gran Set misteriosamente a través de la virgen para que pudieran ser engendrados los santos por el Espíritu santo, por medio de símbolos invisibles secretos por una reconciliación del mundo con el mundo, por la renuncia al mundo y al dios de los tres eones y (por) las convocatorias de los santos y los inefables y los incorruptibles senos y (por) la gran luz del Padre que existió anteriormente junto con su Prepensamiento y por él estableció el santo bautismo que supera el cielo por la incorruptible 64 Palabra-engendrada, y Jesús el viviente y al que ha revestido el gran Set. Y ha clavado a las potencias de los trece eones y ha establecido por medio de él a los que lleva y a los que trae. Los armó con una armadura de conocimiento de esta verdad, con un poder invencible de incorruptibilidad.
Lista de los portadores de salvación
Se les manifestó el gran Auxiliar Yeseo Mazareo Yesedeceo, el agua viviente y ios grandes guías Santiago el grande y Teopempto e Isavel y los que presiden la fuente de la verdad, Miqueo y Micar y Mnesino, y el que preside el bautismo del viviente y los purificadores y Sosengenfaranges y los que presiden las puertas de las aguas, Miqueo y Micar, y los que presiden el monte, Seldao y Eleno y los recibidores de la raza, la incorruptible de [los] hombres poderosos [del] gran Set. Los ministros de las cuatro luminarias, el gran Gamaliel, el gran Gabriel, el gran Samblo y el gran 65 Abrasax y los que presiden el Sol, su nacimiento, Olses e Hypneo, y Eurumario y los que presiden el ingreso en el reposo de vida eterna, los gobernadores Mixanter y Micanor, y los que guardan a las almas del elegido, Acramas y Strempsujo y el gran poder Heli Heli Machar Machar Seth y el gran invisible, indecible, innominable, Espíritu virginal, y el Silencio y la gran luminaria Armozel, el lugar Autoengendrado viviente, el Dios de la Verdad y [el] que está con él, el hombre incorruptible Adamas, el segundo Oroiel, el lugar del gran Set. Y Jesús que posee la vida y que vino a crucificar al que está bajo la ley, el tercero, Daveité, el lugar de los hijos del gran Set, el cuarto Elelet, el lugar en donde las almas de los hijos descansan, el quinto, Youel, el que preside el nombre de aquel al que le será permitido bautizar en el bautismo santo que supera el cielo, el incorruptible.
Seguridad de la salvación actual
Desde ahora, sin embargo, 66 por medio del hombre incorruptible Poimael y los que son dignos de la invocación, de las renuncias (y) de los cinco sellos en el bautismo fontanal, éstos conocerán a sus recibidores según se los ha instruido sobre ellos y serán conocidos por ellos. Estos no experimentarán la muerte.
Sección hímnica I
IH IEYS E0 OY EO OYA. Verdaderamente con verdad, Yeseo Mazareo Yesedeceo ¡oh agua viviente!, ¡oh Infante del Infante!, ¡oh nombre glorioso, verdaderamente con verdad, eón que (es) el que es, IIII HHHH EEEE 0000 YYYY WWWW AAAA verdaderamente con verdad, HI AAAA WWWW el que es, que ve a los eones verdaderamente en verdad, AEE HHH III YYYYYY WWWWWWWW, el que es eterno eternamente verdaderamente con verdad IHA AIW en el corazón, que es ¡y aei eis ei ho ei, ei hos ei!
Sección hímnica II
Este gran nombre tuyo me preside, Perfecto Autoengendrado que no estás fuera de mí, yo te veo, ¡oh tú que eres invisible para cualquiera! ¿Quién, en efecto, podrá abarcarte en otra lengua? Ahora 67 que te he conocido, me he mezclado con lo inmutable. Me he armado con una armadura de luz, me he transformado en luz, ya que la Madre estaba en este lugar a causa de la belleza espléndida de gracia. Por esto he alargado mis manos mientras estaban inclinados. Recibí forma en el círculo de los ricos de la luz que están en mi seno que da forma a los muchos engendrados en la que ningún agravio recibe. Afirmaré tu gloria verdaderamente, porque te he captado SOY IES IDE AEIO AE1E OIS O, ¡Eón, eón, Dios del Silencio!, te honro totalmente. Eres mi lugar de reposo, hijo ES ES O E, el carente de forma que es en los carentes de forma, el que es, que suscitas al Hombre en el que me purificarás en tu vida, según tu nombre imperecedero. Por esto el incienso de vida está en mí. Lo mezclé en agua según el modelo de todos los arcontes para poder vivir contigo en la paz de los santos, tú, el que eres por siempre 68 verdaderamente con verdad.
Primera conclusión
Éste es el libro que el gran Set escribió y colocó en altos montes sobre los que el sol no se ha levantado ni lo podrá. Y desde los días de los profetas y los apóstoles y los mensajeros, su nombre no se ha levantado en absoluto sobre sus corazones ni lo podrá. Tampoco el oído de ellos lo ha oído.
Segunda conclusión
Este libro lo ha escrito el gran Set, en escritura de ciento treinta años. Lo colocó en la montaña que se denomina Caraxio para que al fin de los tiempos y los momentos convenientes, según la voluntad del divino Autoengendrado y del Pleroma entero, por medio del don de la Voluntad inescrutable e incomprensible del Padre, se manifieste y revele a esta incorruptible santa generación del gran Salvador y los que residen con él amorosamente y con el grande, invisible, eterno Espíritu y su Unigénito Hijo y la luz eterna 69 y su gran consorte incorruptible y la incorruptible Sabiduría y la Barbelón y el Pleroma entero en la eternidad. Amén.
Colofón
El evangelio de [los] egipcios. El libro escrito por Dios, sagrado y secreto. La Gracia, la Inteligencia, la Sensibilidad, la Prudencia están con el que lo ha escrito: Eugnosto el amado en el Espíritu. (En la carne mi nombre es Gongesos) junto con mis hermanos de luz en la incorruptibilidad, Jesús el Cristo, el Hijo de Dios, el Salvador. ICHTYS. Escrito de Dios, el libro sagrado del gran Espíritu Invisible.
Título
El libro sagrado del gran Espíritu Invisible. Amén. Nota: la numeración corresponde a las páginas de los manuscritos
EL EVANGELIO DE LA NATIVIDAD DE MARIA
Prefacio
El suave requerimiento que me dirigís reclama de mí un trabajo relativamente fácil, pero penoso en grado sumo, por las cuidadosas precauciones que hay que tomar contra el error. Me pedís, en efecto, que ponga por escrito lo que haya encontrado en diversas fuentes sobre la vida y la natividad de la bienaventurada Virgen María hasta su incomparable parto y hasta los primeros momentos del Cristo, empresa poco difícil de ejecutar, pero singularmente presuntuosa, como os digo, por los peligros a que expone a la verdad. Porque lo que de mí exigís, hoy que las canas blanquean mi cabeza, lo he leído, sabedlo, cuando era joven, en un librito que cayó en mis manos. Ciertamente, después de ese lapsó, colmado por otras preocupaciones nada triviales, ha podido muy bien suceder que varios rasgos se hayan escapado de mi memoria. Por ende, si accedo a vuestra súplica, habría injusticia en acusarme de haber querido suprimir, añadir o cambiar un ápice de la historia. Si esto ocurriese, y no lo niego, sería, a lo menos, cosa independiente de mi voluntad. En estas condiciones, y en éstas solamente, satisfago vuestros deseos y la curiosidad de los lectores, previniéndoos, empero, tanto a vosotros como a ellos, que el susodicho opúsculo, si no me es infiel la memoria, comenzaba por el siguiente prefacio, que recuerdo, a lo menos en su sentido.
María y sus padres
I 1.Sabemos que la bienaventurada y gloriosa María siempre virgen, salida del tronco real de la familia de David, nació en la ciudad de Nazareth, y fue educada en Jerusalén, en el templo del Señor. Su padre se liamaba Joaquín, y su madre Ana. Su familia paterna era de Galilea, de la ciudad de Nazareth, y su familia materna era de Bethlehem.
2. Y la vida de ambos esposos era sencilla y santa ante Dios, y piadosa e irreprensible ante los hombres. Todos sus bienes, en efecto, los habían dividido en tres partes, consagrando la primera al templo y a sus servidores, distribuyendo la segunda entre los pobres y los peregrinos, y reservándose la tercera para sí mismo y para los menesteres de su hogar.
3. Y de esta manera, amados por Dios y buenos para los hombres, habían vivido durante cerca de veinte años en un casto connubio, sin tener descendencia. No obstante, habían hecho voto, si por acaso Dios les daba uñ hijo, de consagrarlo al servicio del Señor. Y, así, cada año, acostumbraban, en los días festivos, a ir, piadosos, al templo.
Maldición de Joaquín por Isachar
II 1.Y, como se aproximase la fiesta de la Dedicación, Joaquín, con algunos de sus compatriotas, subió a Jerusalén. Y, en aquella época, Isachar era Gran Sacerdote. Y, habiendo visto a Joaquín con su ofrenda, en medio de sus conciudadanos, lo miró con desprecio, y desdeñé sus presentes, preguntándole por qué él, que no tenía hijos, se atrevía a estar entre los que eran fecundos. Y le advirtíó que, habiéndolo Dios juzgado indigno de posteridad, no podían serle aceptos sus presentes, por cuanto la Escritura dice: Maldito sea quien no engendre hijos en Israel. Y lo conminó para que se librase de esta maldición, creando una progenitura, porque sólo entonces le sería lícito acercarse, con sus ofrendas, a la presencia del Señor.
2. Y este reproche que se le lanzaba cubrió de extremo oprobio a Joaquín, el cual se retiró al sitio en que estaban sus pastores con sus rebaños. Y no quiso volver a su casa, temiendo sufrir los mismos reproches de sus comarcanos, que habían asistido a la escena, y que habían oído al Gran Sacerdote.
Aparición de un ángel a Joaquín
III 1. Y permanecía allí desde hacía algún tiempo, cuando, cierto día que estaba solo, le apareció un ángel del Señor, rodeado de una gran luz. Y, a su vista, Joaquín quedó turbado. Pero el ángel apaciguó su turbación, diciéndole: No temas, Joaquín, ni te turbe mi vista, porque soy un ángel del Señor, enviado por Él a ti, para anunciarte que tus súplicas han sido escuchadas, y que tus limosnas han subido a su presencia. Ha visto tu oprobio, y ha considerado el reproche de esterilidad que sin razón se te ha dirigido. Porque Dios es vengador del pecado, mas no de la naturaleza. Y, cuando cierra una matriz, lo hace para abrirla después de una manera más admirable, y para que se sepa que lo que nace así no es fruto de la pasión, sino presente de la Providencia.
2. La primera madre de vuestra nación, Sara, permaneció estéril hasta los ochenta años, a pesar de lo cual, en los últimos días de su vejez, dio a luz a Isaac, en quien le había sido prometido que serían benditas todas las naciones. Asimismo Raquel, tan agradable a Dios y tan amada por Jacob, permaneció estéril durante mucho tiempo, y, no obstante, parió a José, que fue no solamente el dueño de Egipto, sino el salvador de numerosos pueblos que iban a morir de hambre. ¿Quién, entre los jueces, más fuerte que Sansón y más santo que Samuel? Y, sin embargo, ambos a dos tuvieron por madres a mujeres por mucho tiempo estériles. Si, pues, la razón no te persuade por mi boca, cree a lo menos que las concepciones dilatadamente diferidas y los partos tardíos son de ordinario los más portentosos.
3. Así, tu esposa Ana te parirá una niña, y la llamarás María. Y, conforme a vuestro voto, se consagrará al Señor desde su niñez, y estará llena del Espíritu Santo desde el vientre de su madre. Y no comerá ni beberá nada impuro, ni vivirá en medio de las agitaciones populares del exterior, sino en el templo, a fin de que no pueda enterarse, ni aun por sospecha, de nada de lo que existe de vergonzoso en el mundo. Y, con el curso de la edad, bien como ella nació milagrosamente de una mujer estéril, de igual modo, por un prodigio incomparable y permaneciendo virgen, traerá al mundo al hijo del Altísimo, que será llamado Jesús o salvador de todas las naciones, conforme a la etimología de su nombre.
4. Y he aquí el signo de la verdad de las cosas que te anuncio. Cuando llegues a la Puerta Dorada de Jerusalén, encontrarás a Ana tu esposa, la cual, inquieta hasta hoy por tu retardo, se regocijará sobremanera, al volver a verte. Y, dicho esto, el ángel se separó de Joaquín.
Aparición de un ángel a Ana
IV 1. Y después apareció a Ana su esposa, diciéndole: No temas, Ana, ni imagines que es un fantasma lo que ves. Yo soy el ángel que ha llevado vuestras oraciones y vuestras limosnas a la presencia de Dios, y que ahora he sido enviado a vosotros para anunciaros el nacimiento de una hija, que se llamará María, y que será bendita entre todas las mujeres. Llena de la gracia del Señor desde el instante de su nacimiento, permanecerá en la casa paterna durante los tres años de su lactancia. Después, consagrada al servicio del Altísimo, no se apartará del templo hasta la edad de la discreción. Y allí, sirviendo a Dios día y noche con ayunos y con plegarias, se abstendrá de todo lo que es impuro, y no conocerá varón jamás, manteniéndose sin tacha, sin corrupción, sin unión con hombre alguno. Empero, virgen, parirá un hijo, y, sierva, parirá a su Señor, el que será por gracia, por título, por acción, el salvador del mundo.
2. Así, pues, levántate, sube a Jerusalén, y, cuando llegues a la llamada Puerta Dorada, allí, a manera de signo, encontrarás a tu esposo, sobre cuyo paradero anda inquieta tu alma. Y, cuando hayan sucedido estas cosas, lo que yo te anuncio se cumplirá al pie de la letra.
Nacimiento de María
V 1. Y, obedeciendo al mandato del ángel, ambos esposos, abandonando uno y otro los parajes respectivos en que estaban, subieron a Jerusalén. Y, al llegar al lugar designado por el oráculo del ángel, se encontraron mutuamente. Entonces, gozosos de volver a encontrarse, y poseídos de confianza en la verdad de la promesa de que tendrían descendencia, rindieron acción de gracias bien debidas al Señor, que exalta a los humildes.
2. Y, habiendo adorado al Altísimo, regresaron a su casa, y, llenos de júbilo, esperaron la realización de la divina promesa. Y Ana concibió y parió una hija, y, conforme a la orden del ángel, sus padres le pusieron por nombre María.
Presentación de María en el templo
VI 1. Transcurridos tres años y terminado el tiempo de la lactancia, llevaron a la Virgen con ofrendas al templo del Señor. Y había alrededor del templo, según el número de los salmos graduales, quince gradas que subir. Porque, estando el templo situado sobre una altura, sólo por gradas era accesible el altar de los holocaustos, que estaba situado en el exterior.
2. Y sobre la primera de aquellas gradas colocaron los padres a la bienaventurada Maña, todavía muy pequeña. Y, en tanto que ellos se quitaban los vestidos de viaje, para ponerse, siguiendo la costumbre, trajes más bellos y más propios de la ceremonia, la Virgen del Señor subió todas las gradas, sin mano alguna que la condujese, de tal suerte que todos pensaron que no le faltaba nada, a lo menos en aquella circunstancia, de la perfección de la edad. Es que el Señor, en la infancia misma de la Virgen, operaba ya grandes cosas, y mostraba por aquel milagro lo que sería un día.
3. Y, después de haber celebrado un sacrificio conforme al uso de la ley, dejaron allí a la Virgen, para ser educada en el recinto del templo, con las demás vírgenes. Y ellos regresaron a su casa.
Negativa de la virgen a contraer matrimonio ordinario
VII 1. Y la Virgen del Señor, a la vez que en edad, crecía igualmente en virtud, y, según la palabra del salmista, su padre y su madre la habían abandonado, pero Dios la había recogido. A diario, en efecto, era visitada por los ángeles, y a diario gozaba de la visión divina, que la libraba de todo mal, y que la hacía abundar en toda especie de bienes. Así llegó a los catorce años, y, no solamente los malos no podían encontrar en ella nada reprensible, sino que todos los buenos que la conocían juzgaban su vida y su conducta dignas de admiración.
2. Entonces el Gran Sacerdote anunció en público que todas las vírgenes que habían sido educadas en el templo, y que tenían catorce años, debían volver a sus hogares, y casarse, conforme a la costumbre de su nación y a la madurez de su edad. Todas las vírgenes obedecieron con premura esta orden. Sólo María, la Virgen del Señor, declaró que no podía hacerlo. Como sus padres la habían consagrado primero a Dios, y ella después había ofrendado su virginidad al Señor, no quería violar este voto, para unirse a un hombre, fuese el que fuese. El Gran Sacerdote quedó sumido en la mayor perplejidad. Él sabía que no era lícito violar un voto contra el mandato de la Escritura, que dice: Haced votos, y cumplidlos. Mas, por otra parte, no le placía introducir un uso extraño a la nación. Ordenó, pues, que, en la fiesta próxima, se reuniesen los notables de Jerusalén y de los lugares vecinos, por cuyo consejo podría saber cómo le convendría obrar en una causa tan incierta.
3. Y así se hizo, y fue común parecer que había que consultar sobre ese punto a Dios. Y, mientras todos se entregaban a la oración, el Gran Sacerdote avanzó para consultar al Señor, según la costumbre. Y, a poco, una voz, que todos oyeron, salió del oráculo y del lugar del propiciatorio. Y esa voz afirmaba que, de acuerdo con la profecía de Isaías, debía buscarse a quien debía desposar y guardar aquella virgen. Porque es bien sabido que Isaías vaticinó: Y saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el espíritu del Señor, espíritu de inteligencia y de sabiduría, espíritu de fortaleza y de consejo, espíritu de conocimiento y de temor del Altísimo.
4. Y, conforme a esta profecía, el Gran Sacerdote ordenó que todos los hombres de la casa y de la familia de David, aptos para el matrimonio y no casados, llevasen cada uno su vara al altar, y que debía ser confiada y casada la virgen con aquel cuya vara produjera flores, y en la extremidad de cuya vara reposase el espíritu del Señor en forma de paloma.
Recae en José la elección de esposo para la Virgen
VIII 1. Y había, entre otros, un hombre de la casa y de la familia de David, llamado José y ya avanzado en edad. Y, al paso que todos fueron ordenadamente a llevar sus varas, él omitió llevar la suya. Y, como nada apareció que correspondiese al oráculo divino, el Gran Sacerdote pensó que había que consultar de nuevo al Señor. El cual respondió que, de todos los que habían sido designados, sólo el que no había llevado su vara, era aquel con quien debía casarse la Virgen. José fue así descubierto. Y, cuando hubo llevado su vara, y en su extremidad reposé una paloma venida del cielo, todos convinieron en que a él le pertenecía el derecho de desposar con María.
2. Y, una vez celebrados los desposorios, se retiró a Bethlehem, su patria, para disponer su casa, y preparar todo lo necesario para las nupcias. Cuanto a María, la Virgen del Señor, volvió a Galilea, a casa de sus padres, con otras siete vírgenes de su edad y educadas con ella, que le había dado el Gran Sacerdote.
Revelación hecha por un ángel a la Virgen
IX 1. Y, en aquellos días, es decir, desde los primeros tiempos de su llegada a Galilea, el ángel Gabriel fue enviado a ella por Dios, para anunciarle que concebiría al Señor, y para exponerle la manera y el orden según el cual las cosas pasarían. Y, entrando en su casa, inundando con gran luz la habitación en que se encontraba, y saludándola muy graciosamente, le dijo: Salve María, virgen muy agradable a Dios, virgen llena de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres, bendita eres por encima de todos los hombres que hasta el presente han nacido.
2. Y María, que conocía ya bien las fisonomías angélicas, y que estaba habituada a recibir la luz celeste, no se amedrentó ante la visión del enviado divino, ni quedó estupefacta ante aquella luz. Unicamente la palabra del ángel la turbó en extremo. Y se puso a reflexionar sobre lo que podía significar una salutación tan insólita, sobre lo que presagiaba, sobre el fin que tenía. Y el ángel divinamente inspirado previno estas dudas, diciéndole: No temas, María, que mi salutación oculte algo contrario a tu castidad. Has encontrado gracia ante el Señor, por haber escogido el camino de la pureza, y, permaneciendo virgen, concebirás sin pecado, y parirás un hijo.
3. Y él será grande, porque dominará de un mar a otro, y hasta las extremidades de la tierra. Y será llamado hijo del Altísimo, porque, naciendo en la humildad, reinará en las alturas de los cielos. Y el Señor Dios le dará el trono de David su padre, y prevalecerá eternamente en la casa de Jacob, y su poder no tendrá fin. Es, en efecto, rey de reyes y señor de los señores, y su trono durará por los siglos de los siglos.
4. Y, a estas palabras del ángel, la Virgen, no por incredulidad, sino por no saber la manera como el misterio se cumpliría, repuso: ¿Cómo eso ha de ocurrir? Puesto que, según mi voto, no conozco varón, ¿cómo podré dar a luz, a pesar de ello? Y el ángel le dijo: No pienses, María, que concebirás al modo humano. Sin unión con hombre alguno, virgen concebirás, virgen parirás, virgen amamantarás. Porque el Espíritu Santo descenderá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra contra todos los ardores de la pasión. El que de ti saldrá, por cuanto ha de nacer sin pecado, será el único santo y el único merecedor del nombre de hijo de Dios. Entonces, María, con las manos extendidas y los ojos elevados al cielo, dijo: He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra.
5. Sería quizá demasiado largo, y para muchos enojoso, insertar en este opúsculo todos los sucesos que, conforme a nuestros textos, precedieron y siguieron a la natividad de Nuestro Señor. Omitiendo, pues, lo que está suficientemente referido en el Evangelio, pasemos a la narración de lo que allí aparece menos detallado.
Revelación hecha por un ángel a José
X 1.Habiendo ido José de Judea a Galilea, tenía la intención de tomar por esposa a la virgen que le había sido confiada. Porque, desde el día de los desposorios, habían transcurrido ya tres meses, y había comenzado el cuarto. Y, en el intervalo, el vientre de la Virgen se había hinchado, hasta el punto de manifestar su embarazo, cosa que no pudo escapar a José, quien, según la costumbre de los desposados, entraba más libremente a ver a María, y conversaba más familiarmente con ella, por lo que descubrió su estado. Y comenzó a agitarse y a turbarse, ignorando lo que le sería preferible hacer. Como hombre justo, no quería entregarla, y, como hombre piadoso, no quería infamarla, haciendo recaer sobre ella sospecha de fornicación. Pensó, pues, en disolver secretamente su matrimonio, y en devolverla secretamente.
2. Y, estando en estas cavilaciones, he aquí que un ángel del Señor le apareció en sueños, y le dijo: José, hijo de David, no temas, ni imagines que hay en la virgen nada de vergonzoso, porque lo que ha nacido en ella, y que hoy angustia tu corazón, no es obra de un hombre, sino del Espíritu Santo. Entre todas las mujeres, sólo ella, permaneciendo virgen, traerá el hijo de Dios al mundo, Y darás a este hijo el nombre de Jesús, es decir, Salvador, porque salvará a su pueblo de sus pecados.
3. Y José, conforme a la orden del ángel, tomó a María por esposa. Mas no la conoció, sino que la guardó en castidad. Y, llegado el final del noveno mes del embarazo, José, tomando consigo a la Virgen y a las demás cosas que le eran necesarias, partió para la ciudad de Bethlehem, de donde era oriundo. Y sucedió que, durante su estancia en aquel lugar, sobrevino el tiempo del parto de María, la cual trajo al mundo, como los evangelistas nos han enseñado, a su hijo primogénito, Nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina, con el Padre y con el Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos.
EVANGELIO SEGÚN FELIPE
1. Un hebreo hace un hebreo y se [le] denomina de esta manera: «prosélito». Pero un
prosélito no hace otro prosélito; [algunos] son como [...] y crean otros; [otros sin
embargo] se contentan con llegar a existir.
2. El [esclavo] sólo aspira a ser libre y no ambiciona los bienes de su señor; pero el
hijo no es sólo hijo, sino que reclama para sí la herencia del padre.
3. Los que heredan de los muertos están muertos ellos mismos y son herederos de
quienes están muertos. Los que heredan de quien está vivo viven ellos mismos y son
herederos de quien está vivo y de quienes están muertos. Los muertos no heredan de
nadie, pues ¿cómo va a heredar el que está muerto? Si el muerto hereda de quien está
vivo, no morirá, sino que vivirá con tanto mayor motivo.
4. Un hombre pagano no muere, pues realmente no ha vivido nunca, para que luego
(pueda) morir. El que ha llegado a tener fe en la verdad, ha encontrado la vida y corre
peligro de morir, pues se mantiene vivo.
5. A partir de la venida de Cristo, el mundo es creado, las ciudades son embellecidas y
se retira lo que ha fenecido.
6. Mientras éramos hebreos, éramos huérfanos: teníamos (sólo) nuestra madre. Pero al
hacernos cristianos surgieron un padre y una madre para nosotros.
7. Los que siembran en invierno, cosechan en verano. El invierno es el mundo; el
verano es el otro eón . ¡Sembremos en el mundo para que podamos cosechar en
verano! Por ello es conveniente para nosotros no hacer oraciones en invierno. Al
invierno le sucede el verano; pero si uno (se empeña en) cosechar en invierno, no hará
cosecha, sino que erradicará.
8. De la misma manera que uno como este, él [no] producirá fruto —y no sólo [...]—,
sino que incluso en el otro sábado permanece [...] estéril.
9. Cristo vino para rescatar a algunos, para salvar a otros y redimir a otros. Él rescató
a los foráneos y los hizo suyos. Él segregó a los suyos, pignorándolos según su
voluntad. No sólo al manifestarse se desprendió del alma cuando le plugo, sino que
desde el día mismo en que el mundo tuvo su origen, la mantuvo depuesta. Cuando
quiso vino a recuperarla, ya que ésta había sido (previamente) pignorada: había caído
en manos de ladrones y había sido hecha prisionera. Pero Él la liberó, rescatando a los
buenos que había en el mundo y (también) a los malos.
10. La luz y las tinieblas, la vida y la muerte, los de la derecha y los de la izquierda
son hermanos entre sí, siendo imposible separar a unos de otros. Por ello ni los buenos
son buenos, ni los malos malos, ni la vida es vida, ni la muerte muerte. Así que cada
uno vendrá a disolverse en su propio origen desde el principio; pero los que están por
encima del mundo son indisolubles y eternos.
11. Los nombres que se dan (a las cosas) del mundo son susceptibles de un gran
engaño, pues distraen la atención de lo estable (y la dirigen) hacia lo inestable. Y así
quien oye (la palabra) «Dios» entiende no lo estable, sino lo inestable. Lo mismo
ocurre con el «Padre», el «Hijo», el «Espíritu Santo», la «Vida», la «Luz», la
«Resurrección» , la «Iglesia» y tantos otros: no se entienden los (conceptos) estables,
sino los inestables, de no ser que se conozca (de antemano) los primeros. Éstos están
en el mundo [...]; si [estuvieran] en el eón, no se les nombraría nunca en el mundo ni
se les echaría entre las cosas terrenas; ellos tienen su fin en el eón.
12. Sólo hay un nombre que no se pronuncia en el mundo: el nombre que el Padre dio
al Hijo. Es superior a todo. Se trata del nombre del Padre, pues el Hijo no llegaría a
ser Padre si no se hubiera apropiado el nombre del Padre. Quienes están en posesión
de este nombre lo entienden , pero no hablan de él; mas los que no están en posesión
de él no lo entienden. La verdad ha creado (dicersos) nombres en este mundo, porque
sin ellos es de todo punto imposible aprehenderla. La verdad es (pues) única y
múltiple por causa nuestra, para enseñarnos a través de muchos este único (nombre)
por amor.
13. Los Arcontes quisieron engañar al hombre, viendo que éste tenía parentesco con
los verdaderamente buenos: quitaron el nombre a los que son buenos y se lo dieron a
los que no son buenos con el fin de engañarle a través de los nombres y vincularle a
los que no son buenos. Luego —en el caso de que quieran hacerles un favor— harán
que se separen de los que no son buenos y los integran entre los que son buenos, que
ellos (ya) conocían. Pues ellos pretendían raptar al que es libre y hacerlo su esclavo
para siempre.
14. Hay Potencias que [son] otorgadas al hombre [...], pues no quieren que éste
[llegue a salvarse] para que ellas consigan ser [...]; pues si el hombre [se salva], se
hacen sacrificios [...] y se ofrecen animales a las Potencias. [Es a éstas] a quienes se
hacen tales ofrendas, (que) en el momento de ser ofrecidas estaban vivas, pero al ser
sacrificadas murieron. El hombre, por su parte, fue ofrecido a Dios estando muerto y
vivió.
15. Antes de la venida de Cristo no había pan en el mundo. Lo mismo que en el
paraíso —lugar en que moraba Adán—, había aquí muchos árboles para alimento de
los animales, pero no había trigo como alimento para el hombre. Éste se nutría como
los animales, pero al venir Cristo —el hombre perfecto— trajo pan del cielo para que
el hombre se nutriera con alimento de hombre.
16. Los Arcontes creían que por su fuerza y por su voluntad hacían lo que hacían;
pero es el Espíritu Santo el que operaba en todo ocultamente a través de ellos según su
voluntad. Ellos siembran por todas partes la verdad, que existe desde el principio, y
muchos la contemplan al ser sembrada; pero pocos de los que la contemplan la
cosechan.
17. Algunos dicen que María ha concebido por obra del Espíritu Santo: éstos se
equivocan, no saben lo que dicen. ¿Cuándo jamás ha concebido de mujer una mujer?
María es la virgen a quien ninguna Potencia ha manchado. Ella es un gran anatema
para los judíos, que son los apóstoles y los apostólicos. Esta virgen que ninguna
Potencia ha violado, [... mientras que] las Potencias se contaminaron. El Señor no
26. Jesús los llevó a todos a escondidas, pues no se manifestó como era (de verdad),
sino de manera que pudiera ser visto. Así se apareció [...] a los grandes como grande,
a los pequeños como pequeño, a los ángeles como ángel y a los hombres como
hombre. Por ello su Logos se mantuvo oculto a todos. Algunos le vieron y creyeron
que se veían a sí mismos; mas cuando se manifestó gloriosamente a sus discípulos
sobre la montaña, no era pequeño: se había hecho grande e hizo grandes a sus
discípulos para que estuvieran en condiciones de verle grande (a Él mismo). Y dijo
aquel día en la acción de gracias : «Tú que has unido al perfecto a la luz con el
Espíritu Santo, une también a los ángeles con nosotros, con las imágenes».
27. No despreciéis al Cordero, pues sin él no es posible ver al rey. Nadie podrá
ponerse en camino hacia el rey estando desnudo.
28. Más numerosos son los hijos del hombre celestial que los del hombre terrenal. Si
los hijos de Adán son numerosos —a pesar de ser mortales—, ¡cuánto más los hijos
del hombre perfecto, que no mueren, sino que son engendrados ininterrumpidamente!.
29. El padre hace un hijo y el hijo no tiene posibilidad de hacer a su vez un hijo: pues
quien ha sido engendrado no puede engendrar por su parte, sino que el hijo se procura
hermanos, pero no hijos.
30. Todos los que son engendrados en el mundo son engendrados por la naturaleza, el
resto por [el espíritu]. Los que son engendrados por éste [dan gritos] al hombre desde
aquí abajo [para ...] de la promesa [...] de arriba .
31. [el que ...] por la boca; [si] el Logos hubiera salido de allí, se alimentaría por la
boca y sería perfecto. Los perfectos son fecundados por un beso y engendran. Por eso
nos besamos nosotros también unos a otros (y) recibimos la fecundación por la gracia
que nos es común .
32. Tres (eran las que) caminaban continuamente con el Señor: su madre María, la
hermana de ésta y Magdalena, a quien se designa como su compañera. María es, en
efecto, su hermana, su madre y su compañera .
33. «Padre» e «Hijo» son nombres simples; «Espíritu Santo» es un nombre
compuesto. Aquéllos se encuentran de hecho en todas partes: arriba, abajo, en lo
secreto y en lo manifiesto. El Espíritu Santo está en lo revelado, abajo, en lo secreto,
arriba.
34. Las Potencias malignas están al servicio de los santos, después de haber sido
reducidas a ceguera por el Espíritu Santo para que crean que están sirviendo a un
hombre, siendo así que están operando en favor de los santos. Por eso —(cuando) un
día un discípulo le pidió al Señor una cosa del mundo— Él le dijo: «Píde a tu madre y
ella te hará partícipe de las cosas ajenas».
35. Los apóstoles dijeron a los discípulos: «que toda nuestra ofrenda se procure sal a
sí misma». Ellos llamaban «sal» a [la Sofía], (pues) sin ella ninguna ofrenda [es]
aceptable.
36. La Sofía es estéril, [sin] hijo(s); por eso se la llama [también] «sal». El lugar en
que aquéllos [...] a su manera [es] el Espíritu Santo; [por esto (?)] son numerosos sus
hijos.
37. Lo que el padre posee le pertenece al hijo, pero mientras éste es pequeño no se le
confía lo que es suyo. Cuando se hace hombre, entonces le da el padre todo lo que
posee.
38. Cuando los engendrados por el espíritu yerran, yerran también por él. Por la
misma razón un idéntico soplo atiza el fuego y lo apaga.
39. Una cosa es «Echamoth» y otra es «Echmoth». Echamoth es la Sofía por
antonomasia , mientras que Echmoth es la Sofía de la muerte, aquella que conoce la
muerte, a la que llaman «Sofía la pequeña».
40. Hay animales que viven sometidos al hombre, tales como las vacas, el asno y
otros parecidos. Hay otros, sin embargo, que no se someten y viven solos en parajes
desiertos . El hombre ara el campo con animales domesticados y así se alimenta a sí
mismo y a los animales, tanto a los que se someten como a los que no se someten. Lo
mismo pasa con el hombre perfecto: con (la ayuda de las) Potencias que le son dóciles
ara (y) cuida de que todos subsistan. Por esto se mantiene en pie todo el lugar, ya se
trate de los buenos, de los malos, de los que están a la derecha o de los que están a la
izquierda. El Espíritu Santo apacienta a todos y ejerce su dominio sobre [todas] las
Potencias, lo mismo sobre las dóciles que sobre las [indóciles] y solitarias, pues él [...]
las recluye para que [...] cuando quieran.
41. [Si Adán] fue creado [...], estarás de acuerdo en que sus hijos son obras nobles. Si
él no hubiera sido creado, sino engendrado, estarías también de acuerdo en que su
posteridad es noble. Ahora bien, él fue creado y engendró (a su vez). ¡Qué nobleza
supone esto!.
42. Primero hubo adulterio y luego (vino) el asesino engendrado de adulterio, pues era
el hijo de la serpiente. Por ello vino a ser homicida como su padre y mató a su
hermano. Ahora bien, toda relación sexual entre seres no semejantes entre sí es
adulterio.
43. Dios es tintorero. Así como el buen tinte —que llaman «auténtico»— desaparece
(sólo) con las cosas que con él han sido teñidas, lo mismo ocurre con aquellos a
quienes Dios ha teñido: puesto que su tinte es imperecedero, gracias a él resultan ellos
mismos inmortales. Ahora bien, Dios bautiza a los que bautiza con agua.
44. Ninguno puede ver a nadie de los que son estables de no ser que él mismo se
asimile a ellos. Con la verdad no ocurre lo mismo que con el hombre mientras se
encuentra en este mundo, que ve el sol sin ser el sol y contempla el cielo y la tierra y
todas las demás cosas sin ser ellas mismas. Tú, en cambio, viste algo de aquel lugar y
te convertiste en aquellas cosas (que habías visto): viste al espíritu y te hiciste espíritu;
[viste a] Cristo y te hiciste Cristo; viste [al Padre] y te harás padre. Por eso tú [aquí]
ves todas las cosas y no [te ves] a ti mismo; pero [allí] sí te verás, pues [llegarás a ser]
lo que estás viendo.
45. La fe recibe, el amor da. [Nadie puede recibir] sin la fe; nadie puede dar sin amor.
Por eso creemos nosotros, para poder recibir; pero para poder dar de verdad (hemos
de amar); pues si uno da, pero no por amor, no saca utilidad alguna de lo que ha dado.
46. Aquel que no ha recibido al Señor es todavía un hebreo.
47. Los apóstoles antes de nosotros (le) llamaron así: «Jesús el Nazareno, Mesías» —
que quiere decir—: «Jesús el Nazareno, el Cristo». El último nombre es «el Cristo», el
primero «Jesús», el de en medio «el Nazareno». «Mesías» tiene un doble significado:
«el Cristo» y «el Medido». «Jesús» en hebreo es la «Redención», «Nazareno» es la
«Verdad». «El Nazareno» es, pues, la «Verdad». El Cristo ha sido medido; «el
Nazareno» y «Jesús» son los que han sido medidos.
48. Si se arroja la perla a la basura, no por ello pierde su valor. Tampoco se hace más
preciosa al ser tratada con ungüento de bálsamo, sino que a los ojos de su propietario
conserva siempre su valor. Esto mismo ocurre con los hijos de Dios dondequiera que
estén, pues conservan su valor a los ojos del Padre.
49. Si dices «soy judío», nadie se preocupará; si dices «soy romano», nadie se
inquietará; si dices «soy griego, bárbaro, esclavo o libre, nadie se perturbará. [Pero si
dices] «soy cristiano», [todo el mundo] se echará a temblar. ¡Ojalá pueda yo [...] este
signo que [...] no son capaces de soportar [...] esta denominación!.
50. Dios es antropófago, por eso se le [ofrece] al hombre [en sacrificio]. Antes de que
fuera inmolado el hombre se inmolaban bestias, pues no eran dioses aquellos a
quienes se hacían sacrificios.
51. Tanto las vasijas de vidrio como las de arcilla se construyen a base de fuego. Las
de vidrio pueden remodelarse si se rompen, pues ha sido por un soplo por lo que han
llegado a ser. Las de arcilla, en cambio —de romperse—, quedan destruidas, pues no
ha intervenido ningún soplo en su construcción.
52. Un asno, dando vueltas alrededor de una rueda de molino, caminó 100 millas y
cuando lo desuncieron se encontraba aún en el mismo lugar. Hay hombres que hacen
mucho camino sin adelantar un paso en dirección alguna. Al verse sorprendidos por el
crepúsculo no han divisado ciudades, ni aldeas, ni creación, ni naturaleza, ni potencia
o ángel. ¡En vano se han esforzado los pobres!.
53. La Eucaristía es Jesús, pues a éste se le llama en siríaco «Pharisata», que quiere
decir «aquel que está extendido». Jesús vino, en efecto, a crucificar el mundo .
54. El Señor fue a la tintorería de Leví, tomó 72 colores y los echó en la tinaja. Luego
los sacó todos teñidos de blanco y dijo: «Así es como los ha tomado el hijo Hijo> del hombre [...]».
55. La Sofía —a quien llaman «la estéril »— es la madre de los ángeles; la compañera
[de Cristo es maría] Magdalena. [El Señor amaba a María] más que a [todos] los
discípulos (y) la besó en la [boca repetidas] veces. Los demás [...] le dijeron: «¿Por
qué [la quieres] más que a todos nosotros?» El Salvador respondió y les dijo: «¿A qué
se debe el que no os quiera a vosotros tanto como a ella?».
56. Un ciego y un vidente —si ambos se encuentran a oscuras— no se distinguen uno
de otro; mas cuando llegue la luz, el vidente verá la luz, mientras que el ciego
permanecerá en la oscuridad.
57. Dijo el Señor: «Bienaventurado es el que existe antes de llegar a ser, pues el que
existe existía y existirá».
58. La superioridad del hombre no es patente, sino oculta. Por eso domina las bestias
que son más fuertes que él y de gran tamaño —tanto en apariencia como realmente—
y les proporciona su sustento. Mas cuando se separa de ellas, éstas se matan unas a
otras y se muerden hasta devorarse mutuamente por no hallar qué comer . Mas ahora
—una vez que el hombre ha trabajado la tierra— han encontrado su sustento.
59. Si alguien —después de bajar a las aguas— sale de ellas sin haber recibido nada y
dice «soy cristiano», este nombre lo ha recibido (sólo) en préstamo. Mas si recibe al
Espíritu Santo, queda en posesión de (dicho) nombre a título de donación. A quien ha
recibido un regalo nadie se lo quita, pero a quien se le da un préstamo, se le reclama.
60. Lo mismo ocurre cuando uno ha sido [...] en un misterio. El misterio del
matrimonio [es] grande, pues [sin él] el mundo no existiría. La consistencia [del
mundo depende del hombre], la consistencia [del hombre depende del] matrimonio.
Reparad en la unión [sin mancha], pues tiene [un gran] poder. Su imagen radica en la
polución [corporal].
61. Entre los espíritus impuros los hay machos y hembras. Los machos son aquellos
que copulan con las almas que están alojadas en una figura femenina. Las hembras, al
contrario, son aquellas que se encuentran unidas con los que están alojados en una
figura masculina por culpa de un desobediente. Y nadie podrá huir de estos (espíritus)
si se apoderan de uno, de no ser que se esté dotado simultáneamente de una fuerza
masculina y de otra femenina —esto es, esposo y esposa— provenientes de la cámara
nupcial en imagen. Cuando las mujeres necias descubren a un hombre solitario se
lanzan sobre él, bromean con él (y) lo manchan. Lo mismo ocurre con los hombres
necios: si descubren a una mujer hermosa que vive sola, procuran insinuarse e incluso
forzarla con el fin de violarla. Pero si ven que hombre y mujer viven juntos, ni las
hembras podrán acercarse al macho ni los machos a la hembra. Lo mismo ocurre si la
imagen y el ángel están unidos entre sí: tampoco se atreverá nadie a acercarse al
hombre o a la mujer.
Aquel que sale del mundo no puede caer preso por la sencilla razón de que (ya) estuvo
en el mundo. Está claro que éste es superior a la concuspiscencia [... y al] miedo; es
señor de sus [...] y más frecuente que los celos. Mas si [se trata de ...], lo prenden y lo
sofocan, y ¿cómo podrá [éste] huir de [...] y estar en condiciones de [...]? [Con
frecuencia vienen] algunos [y dicen:] «nosotros somos creyentes» (a fin de escapar de
... y) demonios. Si éstos hubieran estado en posesión del Espíritu Santo, no se les
habría adherido ningún espíritu inmundo.
62. No tengas miedo de la carne ni la ames: si la temes se enseñoreará de ti, si la amas
te devorará y te entumecerá.
63. O se está en este mundo o en la resurrección o en lugares intermedios. ¡Quiera
Dios que a mí no me encuentren en éstos! En este mundo hay cosas buenas y cosas
malas: las cosas buenas no son las buenas y las malas no son las malas. Pero hay algo
malo después de este mundo que es en verdad malo y que llaman el «Intermedio», es
decir, la muerte. Mientras estamos en este mundo es conveniente que nos esforcemos
por conseguir la resurrección para que —una vez que depongamos la carne— nos
hallemos en el descanso y no tengamos que ir errando en el «Intermedio». Muchos de
hecho yerran el camino. Es, pues, conveniente salir del mundo antes de que el hombre
haya pecado.
64. Algunos ni quieren ni pueden, otros —aunque quieran— no les sirve de nada, por
no haber obrado. De manera que un (simple) «querer» los hace pecadores, lo mismo
que un «no querer». La justicia se esconderá de ambos. El «querer» [es ...], el «obrar»
no.
65. Un discípulo de los apóstoles vio en una visión algunas (personas) encerradas en
una casa en llamas, encadenadas [con grillos] de fuego y arrojadas [en un mar] de
fuego. [Y decían ...] agua sobre [...]. Mas (éstos) replicaban que —muy en contra de
su voluntad— [no] estaban en condiciones de salvar(las). Ellos recibieron [la muerte
como] castigo, aquella que llaman «tiniebla [exterior]» por [tener su origen] en el
agua y en el fuego.
66. El [alma] y el espíritu han llegado a la existencia partiendo de agua, fuego y luz
(por mediación) del hijo de la cámara nupcial . El fuego es la unción, la luz es el
fuego; no estoy hablando de este fuego que no posee forma alguna, sino del otro cuya
forma es de color blanco, que es refulgente y hermoso e irradia (a su vez) hermosura.
67. La verdad no ha venido desnuda a este mundo, sino envuelta en símbolos e
imágenes, ya que éste no podrá recibirla de otra manera. Hay una regeneración y una
imagen de regeneración. Es en verdad necesario que se renazca a través de la imagen.
¿Qué es la resurrección? Es preciso que la imagen resucite por la imagen; es preciso
que la cámara nupcial y la imagen a través de la imagen entren en la verdad que es la
restauración final. Es conveniente (todo esto) para aquellos que no sólo reciben, sino
que han hecho suyo por méritos propios el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Si uno no los obtiene por sí mismo, aun el mismo nombre le será arrebatado.
Ahora bien, estos nombres se confieren en la unción con el bálsamo de la fuerza [...]
que los apóstoles llamaban «la derecha» y «la izquierda». Pues bien, uno así no es ya
un (simple) cristiano sino un Cristo .
68. El Señor [realizó] todo en un misterio: un bautismo, una unción, una eucaristía,
una redención y una cámara nupcial .
69. [El Señor] dijo: «Yo he venido a hacer [las cosas inferiores] como las superiores[y
las externas] como las [internas, para unirlas] a todas en el lugar». [Él se manifestó
aquí] a través de símbolos [...]. Aquellos, pues, que dicen: «[...] hay quien está encima
[...]», se equivocan, [pues] el que se manifiesta [...] es el que llaman «de abajo» y el
que posee lo oculto está encima de él. Con razón, pues, se habla de la «parte interior»
y de «la exterior» y de «la que está fuera de la exterior». Y así denominaba el Señor a
la perdición «tiniebla exterior, fuera de la cual no hay nada». El dijo: «Mi Padre que
está escondido», y también: «Entra en tu habitación, cierra la puerta y haz oración a tu
Padre que está en lo escondido», esto es, «el que está en el interior de todos ellos».
Ahora bien, lo que está dentro de ellos es el Pleroma: más interior que él no hay nada.
Éste es precisamente aquel de quien se dice: «está por encima de ellos».
70. Antes de Cristo salieron algunos del lugar donde no habían de volver a entrar y
entraron en el lugar de donde no habían de volver a salir. Pero Cristo, con su venida,
sacó fuera a aquellos que habían entrado y metió dentro a aquellos que habían salido.
71. Mientras Eva estaba [dentro de Adán] no existía la muerte, mas cuando se separó
[de él] sobrevino la muerte. Cuando ésta retorne y él la acepte, dejará de existir la
muerte.
72. «¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿Por qué, Señor, me has abandonado?» Esto dijo El sobre
la cruz después de separar este lugar [de todo lo que] había sido engendrado por [...] a
través de Dios. [El Señor resucitó] de entre los muertos [...]. Mas [su cuerpo] era
perfecto: [tenía sí] una carne, pero ésta [era una carne] de verdad . [Nuestra carne al
contrario] no es auténtica, [sino] una imagen de la verdadera.
73. La cámara nupcial no está hecha para las bestias, ni para los esclavos, ni para las
mujeres mancilladas, sino para los hombres libres y para las vírgenes.
74. Nosotros somos —es verdad— engendrados por el Espíritu Santo, pero re-
engendrados por Cristo. En ambos (casos) somos asimismo ungidos por el espíritu, y
—al ser engendrados— hemos sido también unidos.
75. Sin luz nadie podrá contemplarse a sí mismo, ni en una superficie de agua ni en un
espejo; pero si no tienes agua o espejo —aun teniendo luz—, tampoco podrás
contemplarte. Por ello es preciso bautizarse con dos cosas: con la luz y con el agua.
Ahora bien, la luz es la unción.
76. Tres eran los lugares en que se hacían ofrendas en Jerusalén: uno que se abría
hacia el Poniente, llamado el «Santo»; otro abierto hacia el Mediodía, llamado el
«Santo del Santo», y el tercero abierto hacia el Oriente, llamado el «Santo de los
Santos», donde sólo podía entrar el Sumo Sacerdote . El bautismo es el «Santo», [la
redención] es el «Santo del Santo», mientras que la cámara nupcial es el «[Santo] de
los Santos». [El bautismo] trae consigo la resurrección [y la] redención, mientras que
ésta se realiza en la cámara nupcial. Mas la cámara nupcial se encuentra en la cúspide
[de ...]. Tú no serás capaz de encontrar [...] aquellos que hacen oración [...] Jerusalén
[...] Jerusalén [...]. Jerusalén [...] llamada «Santo de los Santos» [...] el velo [...] la
cámara nupcial, sino la imagen [...]. Su velo se rasgó de arriba abajo, pues era preciso
que algunos subieran de abajo arriba .
77. Aquellos que se han vestido de la luz perfecta no pueden ser vistos por las
Potencias ni detenidos por ellas. Ahora bien, uno puede revestirse de esta luz en el
sacramento, en la unión .
78. Si la mujer no se hubiera separado del hombre, no habría muerto con él. Su
separación vino a ser el comienzo de la muerte. Por eso vino Cristo, para anular la
separación que existía desde el principio, para unir a ambos y para dar la vida a
aquellos que habían muerto en la separación y unirlos de nuevo.
79. Pues bien, la mujer se une con su marido en la cámara nupcial y todos aquellos
que se han unido en dicha cámara no volverán a separarse. Por eso se separó Eva de
Adán, porque no se había unido con él en la cámara nupcial.
80. El alma de Adán llegó a la existencia por un soplo. Su cónyuge es el [espíritu; el
espíritu] que le fue dado es su madre [y con] el alma le fue otorgado [...] en su lugar.
Al unirse [pronunció] unas palabras que son superiores a las Potencias. Éstas le
tomaron envidia [...] unión espiritual [...].
81. Jesús manifestó [su gloria en el] Jordán. La plenitud del reino de los cielos, que
[preexistía] al Todo, nació allí de nuevo. El que antes [había sido] ungido, fue ungido
de nuevo. El que había sido redimido, redimió a su vez.
82. Digamos —si es permitido— un secreto: el Padre del Todo se unió con la virgen
que había descendido y un fuego le iluminó aquel día. Él dio a conocer la gran cámara
nupcial , y por eso su cuerpo —que tuvo origen aquel día— salió de la cámara nupcial
como uno que ha sido engendrado por el esposo y la esposa. Y asimismo gracias a
éstos enderezó Jesús el Todo en ella, siendo preciso que todos y cada uno de sus
discípulos entren en su lugar de reposo.
83. Adán debe su origen a dos vírgenes: esto es, al Espíritu y a la tierra virgen. Por
eso nació Cristo de una Virgen, para reparar la caída que tuvo lugar al principio.
84. Dos árboles hay en el [centro del] paraíso: el uno produce [animales] y el otro
hombres. Adán [comió] del árbol que producía animales y se convirtió él mismo en
animal y engendró animales. Por eso adoran los [hijos] de Adán [a los animales]. El
árbol [cuyo] fruto [comió Adán] es [el árbol del conocimiento]. [Por] eso se
multiplicaron [los pecados]. [Si él hubiera] comido [el fruto del otro árbol, es decir,
el] fruto del [árbol de la vida que] produce hombres, [entonces adorarían los dioses] al
hombre. Dios hizo [al hombre y] el hombre hizo a Dios.
85. Así ocurre también en el mundo: los [hombres] elaboran dioses y adoran la obra
de sus manos. Sería conveniente que fueran más bien los dioses los que venerasen a
los hombres como corresponde a la verdad .
86. Las obras del hombre provienen de su potencia; por eso se las llama las
«Potencias». Obras suyas son asimismo sus hijos, provenientes de un reposo. Por eso
radica su potencia en sus obras, mientras que el reposo se manifiesta en los hijos. Y
estarás de acuerdo en que esto atañe hasta la (misma) imagen . Así, pues, aquél es un
hombre modelo, que realiza sus obras por su fuerza, pero engendra sus hijos en el
reposo.
87. En este mundo los esclavos sirven a los libres; en el reino de los cielos servirán
los libres a los esclavos (y) los hijos de la cámara nupcial a los hijos del matrimonio.
Los hijos de la cámara nupcial tienen un nombre [...]. El reposo [es común] a
entrambos: no tienen necesidad de [...].
88. La contemplación [...].
89. [... Cristo] bajó al agua [...] para redimirle; [...] aquellos que Él ha [...] por su
nombre. Pues Él dijo: «[Es conveniente] que cumplamos todo aquello que es justo».
90. Los que afirman: «Primero hay que morir y (luego) resucitar», se engañan. Si uno
no recibe primero la resurrección en vida, tampoco recibirá nada al morir. En estos
términos se expresan también acerca del bautismo, diciendo: «Gran cosa es el
bautismo, pues quien lo recibe, vivirá».
91. El apóstol Felipe dijo: «José el carpintero plantó un vivero, pues necesitaba
madera para su oficio. Él fue quien construyó la cruz con los árboles que había
plantado. Su semilla quedó colgada de lo que había plantado. Su semilla era Jesús, y
la cruz el árbol».
92. Pero el árbol de la vida está en el centro del paraíso y también el olivo, del que
procede el óleo, gracias al cual (nos ha llegado) la resurrección.
93. Este mundo es necrófago: todo lo que en él se come [se ama también]. La verdad,
en cambio, se nutre de la vida (misma), [por eso] ninguno de los que [de ella] se
alimentan morirá. Jesús vino [del otro] lado y trajo alimento [de allí]. A los que lo
deseaban dio Él [vida para que] no murieran.
94. [Dios plantó un] paraíso; el hombre [vivió en el] paraíso [...]. Este paraíso [es el
lugar donde] se me dirá: «[Hombre, come de] esto o no comas [de esto, según tu]
antojo». Éste es el lugar donde yo comeré de todo, ya que allí se encuentra el árbol del
conocimiento. Éste causó (allí) la muerte de Adán y dio, en cambio, aquí vida a los
hombres. La ley era el árbol: éste tiene la propiedad de facilitar el conocimiento del
bien y del mal, pero ni le alejó (al hombre) del mal ni le confirmó en el bien, sino que
trajo consigo la muerte a todos aquellos que de él comieron; pues al decir: «Comed
esto, no comáis esto», se transformó en principio de la muerte.
95. La unción es superior al bautismo, pues es por la unción por la que hemos recibido
el nombre de cristianos, no por el bautismo. También a Cristo se le llamó (así) por la
unción, pues el Padre ungió al Hijo, el Hijo a los apóstoles y éstos nos ungieron a
nosotros. El que ha recibido la unción está en posesión del Todo: de la resurrección,
de la luz, de la cruz y del Espíritu Santo. El Padre le otorgó todo esto en la cámara
nupcial, Él (lo) recibió .
96. El Padre puso su morada en el [Hijo] y el Hijo en el Padre: esto es [el] reino de los
cielos .
97. Con razón dijo el Señor: «Algunos entraron sonriendo en el reino de los cielos y
salieron [...]». Un cristiano [...] e inmediatamente [descendió] al agua y subió [siendo
señor del] Todo; [no] porque era una broma, sino [porque] despreciaba esto [como
indigno del] reino de [los cielos]. Si [lo] desprecia y lo toma a broma, [saldrá de allí]
riendo.
98. Lo mismo ocurre con el pan, el cáliz y el óleo, si bien hay otro (misterio) que es
superior a esto.
99. El mundo fue creado por culpa de una transgresión, pues el que lo creó quería
hacerlo imperecedero e inmortal , pero cayó y no pudo realizar sus aspiraciones. De
hecho no había incorruptibilidad ni para el mundo ni para quien lo había creado, ya
que incorruptibles no son las cosas, sino los hijos, y ninguna cosa podrá ser
perdurable de no ser que se haga hijo, pues ¿cómo podrá dar el que no está en
disposición de recibir? .
100. El cáliz de la oración contiene vino y agua, ya que sirve de símbolo de la sangre,
sobre la que se hace la acción de gracias. Está lleno del Espíritu Santo y pertenece al
hombre enteramente perfecto. Al beberlo haremos nuestro al hombre perfecto.
101. El agua es un cuerpo. Es preciso que nos revistamos del hombre viviente: por
eso, cuando uno se dispone a descender al agua, ha de desnudarse para poder
revestirse de éste.
102. Un caballo engendra un caballo, un hombre engendra un hombre y un dios
engendra un dios. Lo mismo ocurre con el esposo y [la esposa: sus hijos] tuvieron su
origen en la cámara nupcial . No hubo judíos [que descendieran] de griegos [mientras]
estaba en vigor [la Ley. Nosotros, en cambio, descendemos de] judíos [ apesar de ser]
cristianos [...]. Éstos fueron llamados [...] «pueblo escogido» de [...] y «hombre
verdadero» e «Hijo del hombre» y «simiente del Hijo del hombre». Ésta es la que
llaman en el mundo «la raza auténtica».
103. Éstos son el lugar donde se encuentran los hijos de la cámara nupcial. La unión
está constituida en este mundo por hombre y mujer, aposento de la fuerza y de la
debilidad; en el otro mundo la forma de la unión es muy distinta.
104. Nosotros los denominamos así, pero hay otras denominaciones superiores a
cualquiera de los nombres que pueda dárseles y superiores a la violencia (misma).
Pues allí donde hay violencia hay quienes valen más que la violencia. Los de allí no
son el uno y el otro, sino que ambos son uno mismo. El de aquí es aquel que nunca
podrá sobrepasar el sentido carnal.
105. No es preciso que todos los que se encuentran en posesión del Todo se conozcan
a sí mismos enteramente. Algunos de los que no se conocen a sí mismos no gozarán,
es verdad, de las cosas que poseen. Mas los que hayan alcanzado el propio
conocimiento, éstos sí que gozarán de ellas.
106. El hombre perfecto no sólo no podrá ser retenido, sino que ni siquiera podrá ser
visto, pues si lo vieran, lo retendrían. Nadie estará en condiciones de conseguir de otra
manera esta gracia, de [no] ser que se revista de la luz perfecta y [se convierta en
hombre] perfecto. Todo aquel que [se haya revestido de ella] caminará [...]: ésta es la
[luz] perfecta.
107. [Es preciso] que nos hagamos [hombres perfectos] antes de que salgamos [del
mundo]. Quien ha recibido el Todo [sin ser señor] de estos lugares [no] podrá
[dominar en] aquel lugar, sino que [irá a parar al lugar] intermedio como imperfecto.
Sólo Jesús conoce el fin de éste .
108. El hombre santo lo es enteramente, incluso en lo que afecta a su cuerpo, puesto
que si al recibir el pan él lo santifica —lo mismo que el cáliz o cualquiera otra cosa
que recibe, él lo santifica—, ¿cómo no va a hacer santo también el cuerpo?.
109. De la misma manera que Jesús (ha hecho) perfecta el agua del bautismo,
asimismo ha liquidado la muerte. Por eso nosotros descendemos —es verdad— hasta
el agua, pero no bajamos hasta la muerte, para no quedar anegados en el espíritu del
mundo. Cuando éste sopla hace sobrevenir el invierno, mas cuando es el Espíritu
Santo el que sopla se hace verano.
110. Quien posee el conocimiento de la verdad es libre; ahora bien, el que es libre no
peca, pues quien peca es esclavo del pecado. La madre es la verdad, mientras que el
conocimiento es el padre. Aquellos a quienes no está permitido pecar, el mundo los
llama libres. Aquellos a quienes no está permitido pecar, el conocimiento de la verdad
eleva sus corazones, esto es, los hace libres y los pone por encima de todo el lugar. El
amor, por su parte, edifica, mas el que ha sido hecho libre por el conocimiento hace
de esclavo por amor hacia aquellos que todavía no llegaron a recibir la libertad del
conocimiento; luego éste los capacita para hacerse libres. [El] amor [no se apropia]
nada, pues ¿cómo [va a apropiarse algo, si todo] le pertenece? No [dice «Esto es
mío»] o «Aquello me pertenece a mí», [sino que dice «Esto es] tuyo».
111. El amor espiritual es vino y bálsamo. De él gozan los que se dejan ungir con él,
pero también aquellos que son ajenos a éstos, con tal de que los ungidos continúen (a
su lado). En el momento en que los que fueron ungidos con bálsamo dejan de
(ungirse) y se marchan, quedan despidiendo de nuevo mal olor los no ungidos que tan
sólo estaban junto a ellos. El samaritano no proporcionó al herido más que vino y
aceite. Ésto no es otra cosa que la unción. Y (así) curó las heridas, pues el amor cubre
multitud de pecados.
112. Los (hijos) que da a luz una mujer se parecen a aquel que ama a ésta. Si se trata
de su marido, se parecen al marido; si se trata de un adúltero, se parecen al adúltero.
Sucede también con frecuencia que cuando una mujer se acuesta por necesidad con su
marido —mientras su corazón está al lado del adúltero, con quien mantiene
relaciones— da a luz lo que tiene que dar a luz manteniendo su parecido con el
amante. Mas vosotros, que estáis en compañía del Hijo de Dios, no améis al mundo,
sino al Señor, de manera que aquellos que vayáis a engendrar no se parezcan al
mundo, sino al Señor.
113. El hombre copula con el hombre, el caballo con el caballo, el asno con el asno:
las especies copulan con sus congéneres. De esta misma manera se une el espíritu con
el espíritu, el Logos con el Logos [y la luz con la luz. Si tú] te haces hombre, [es el
hombre el que te] amará; si te haces [espíritu], es el espíritu el que se unirá contigo; si
te haces Logos, es el Logos el que se unirá contigo; si te haces luz, es la luz la que se
unirá contigo; si te haces como uno de los de arriba, son los de arriba los que vendrán
a reposar sobre ti; si te haces caballo, asno, vaca, perro, oveja u otro cualquiera de los
animales que están afuera y que están abajo, no podrás ser amado ni por el hombre, ni
por el espíritu, ni por el Logos, ni por la luz, ni por los de arriba, ni por los del
interior. Estos no podrán venir a reposar dentro de ti y tú no formarás parte de ellos.
114. El que es esclavo contra su voluntad podrá llegar a ser libre. El que después de
haber alcanzado la libertad por gracia de su señor se ha vendido a sí mismo
nuevamente como esclavo, no podrá volver a ser libre.
115. La agircultura de (este) mundo está basada en cuatro elementos: se recolecta
partiendo de agua, tierra, viento y luz. Asimismo la economía de Dios depende de
cuatro (elementos): fe, esperanza, amor y conocimiento. Nuestra tierra es la fe, en la
que echamos raíces; el agua es la esperanza, por la que [nos alimentamos]; el viento
es el amor, por [el que] crecemos; la luz [es] el conocimiento, por el que
[maduramos].
116. La gracia es [...]; el labrador son [...] por encima del cielo. Bienaventurado es el
que no ha atribulado a un alma. Éste es Jesucristo. Él vino al encuentro de todo el
lugar sin onerar a nadie. Por eso dichoso es el que es así, pues es un hombre perfecto,
ya que éste (es) el Logos.
117. Preguntadnos acerca de él, pues es difícil enderezarlo. ¿Cómo vamos a ser
capaces de realizar esta gran obra?
118. ¿Cómo va a conceder el descanso a todos? Ante todo no se debe causar tristeza a
nadie, sea grande o pequeño, no creyente o creyente. Luego hay que proporcionar
descanso a aquellos que reposan en el bien. Hay gente a quienes aprovecha
proporcionar descanso al hombre de bien. Al que practica el bien no le es posible
proporcionar a éstos descanso, pues no está en su mano, pero tampoco le es posible
causar tristeza, al no dar ocasión a que ellos sufran angustia. Pero el hombre de bien
les causa a veces aflicción. Y no es que él lo haga adrede, sino que es su propia
maldad la que los aflige. El que dispone de la naturaleza (adecuada) causa gozo al que
es bueno, pero algunos se afligen a causa de esto en extremo.
119. Un amo de casa se proveyó de todo: hijos, esclavos, [ganado], perros, cerdos,
trigo, cebada, paja, heno, [huesos], carne y bellotas. Era inteligente y conocía el
alimento (adecuado) para cada cual. A los hijos les ofreció pan , [aceite y carne]; a los
esclavos les ofreció aceite de ricino [y] trigo; a los animales [les echó], paja y heno; [a
los] perros les echó huesos; [a los cerdos] les echó bellotas y [restos de] pan. Lo
mismo ocurre con el discípulo de Dios: si es inteligente, comprende lo que es ser
discípulo. Las formas corporales no serán capaces de engañarle, sino que se fijará en
la disposición del alma de cada cual y (así) hablará con él. Hay muchos animales en el
mundo que tienen forma humana. Si es capaz de reconocerlos, echará bellotas a los
cerdos, mientras que al ganado le echará cebada, paja y heno; a los perros les echará
huesos, a los esclavos les dará (alimentos) rudimentarios, y a los hijos lo perfecto.
120. Hay un Hijo del hombre y hay un hijo del Hijo del hombre. El Señor es el Hijo
del hombre, y el hijo del Hijo del hombre es aquel que fue hecho por el Hijo del
hombre. El Hijo del hombre recibió de Dios la facultad de crear, él tiene (también) la
de engendrar.
121. Quien ha recibido la facultad de crear es una criatura, quien ha recibido la de
engendrar es un engendrado. Quien crea no puede engendrar, quien engendra puede
crear. Suele decirse «Quien crea engendra», pero lo que engendra es una criatura. Por
[eso] los que han sido engendrados por él no son sus hijos, sino [...]. El que crea,
actúa [visiblemente] y él mismo es [visible]. El que engendra, [actúa ocultamente] y
él mismo permanece oculto: [...] la imagen. El que crea [lo hace] abiertamente, mas el
que engendra [engendra] hijos ocultamente.
122. [Nadie podrá] saber nunca cuál es [el día en que el hombre] y la mujer copulan
—fuera de ellos mismos—, ya que las nupcias de (este) mundo son un misterio para
aquellos que han tomado mujer. Y si el matrimonio de la polución permanece oculto,
¿cuánto más constituirá el matrimonio impoluto un verdadero misterio? Este no es
carnal, sino puro; no pertenece a la pasión, sino a la voluntad; no pertenece a las
tinieblas o a la noche, sino al día y a la luz. Si la unión matrimonial se efectúa al
descubierto, queda reducida a un acto de fornicación . No sólo cuando la esposa
recibe el semen de otro hombre, sino también cuando abandona su dormitorio a vista
(de otros), comete un acto de fornicación . Sólo le está permitido exhibirse a su propio
padre, a su madre, al amigo del esposo y a los hijos del esposo. Éstos pueden entrar
todos los días en la cámara nupcial . Los demás, que se contenten con el deseo aunque
sólo sea de escuchar su voz y de gozar de su perfume y de alimentarse de los
desperdicios que caen de la mesa como los perros. Esposos y esposas pertenecen a la
cámara nupcial. Nadie podrá ver al esposo y a la esposa de no ser que [él mismo]
llegue a serlo.
123. Cuando a Abrahán [le fue dado] ver lo que hubo de ver, circuncidó la carne del
prepucio enseñándonos (con ello) que es necesario destruir la carne [...] del mundo.
Mientras sus [pasiones están escondidas] persisten y continúan viviendo, [mas si salen
a la luz] perecen [a ejemplo] del hombre visible. [Mientras] las entrañas del hombre
están escondidas, está vivo el hombre; si las entrañas aparecen por fuera y salen de él,
morirá el hombre. Lo mismo ocurre con el árbol: mientras su raíz está oculta, echa
renuevos y (se desarrolla), mas cuando su raíz se deja ver por fuera, el árbol se seca.
Lo mismo ocurre con cualquier cosa que ha llegado a ser en (este) mundo, no sólo con
lo manifiesto, sino también con lo oculto: mientras la raíz del mal está oculta, éste se
mantiene fuerte; pero nada más ser descubierta, se desintegra y —no bien se ha
manifestado— se desvanece. Por eso dice el Logos: «Ya está puesta el hacha a la raíz
de los árboles». Éste no podará, (pues) lo que se poda brota de nuevo, sino que
cava(rá) hasta el fondo, hasta sacar la raíz. Mas Jesús ha arrancado de cuajo la raíz de
todo el lugar, mientras que otros (lo han hecho únicamente) en parte.
Por lo que se refiere a nosotros, todos y cada uno debemos socavar la raíz del mal que
está en cada cual y arrancar(la) enteramente del corazón. (El mal) lo erradicamos
cuando lo reconocemos, pero si no nos damos cuenta de él echa raíces en nosotros y
produce sus frutos en nuestro corazón; se enseñorea de nosotros y nos hacemos sus
esclavos; nos tiene cogidos en su garra para que hagamos aquello que [no] queremos
y [omitamos] aquello que queremos; es poderoso porque no lo hemos reconocido y
mientras [está allí] sigue actuando. La [ignorancia] es la madre del [...]; la ignorancia
[está al servicio de ...]; lo que proviene [de ella] ni existía, ni [existe], ni existirá. [Mas
aquellos que vienen de la verdad (?)] alcanzarán su perfección cuando toda la verdad
se manifieste. La verdad es como la ignorancia: si está escondida, descansa en sí
misma; pero si se manifiesta y se la reconoce, es objeto de alabanza porque es más
fuerte que la ignorancia y que el error. Ella da la libertad. Ya dijo el Logos: «Si
reconocéis la verdad, la verdad os hará libres». La ignorancia es esclavitud, el
conocimiento es libertad. Si reconocemos la verdad, encontraremos los frutos de la
verdad en nosotros mismos; si nos unimos a ella, nos traerá la plenitud.
124. Ahora estamos en posesión de lo que es manifiesto dentro de la creación y
decimos: «Esto es lo sólido y codiciable, mientras que lo oculto es débil y digno de
desprecio». Así ocurre con el elemento manifiesto de la verdad, que es débil y
despreciable, mientras que lo oculto es lo sólido y digno de aprecio. Manifiestos están
los misterios de la verdad a manera de modelos e imágenes, mientras que la cámara
nupcial —que es el Santo dentro del Santo— permanece oculta.
125. El velo mantenía oculta en un principio la manera cómo Dios gobernaba la
creación; pero cuando se rasgue y aparezca lo del interior, quedará desierta esta casa o
más bien será destruida. Mas la divinidad en su conjunto no huirá [de] estos lugares
(para irse) al Santo de los Santos, pues no podrá unirse con la [luz acrisolada] ni con
el Pleroma sin [mancha]. Ella [se refugiará] más bien bajo las alas de la cruz [y bajo
sus] brazos. El arca [les] servirá de salvación cuando el diluvio de agua irrumpa sobre
ellos.
Los que pertenezcan al linaje sacerdotal podrán penetrar en la parte interior del velo
con el Sumo Sacerdote. Por eso se rasgó aquél no sólo por la parte superior, pues (si
no) sólo se habría abierto para los que estaban arriba; ni tampoco se rasgó únicamente
por la parte inferior, pues (si no) sólo se habría mostrado a los que estaban abajo. Sino
que se rasgó de arriba abajo. Las cosas de arriba nos quedaron patentes a nosotros que
estamos abajo, para que podamos penetrar en lo recóndito de la verdad. Esto es
realmente lo apreciable, lo sólido. Pero nosotros hemos de entrar allí a través de
debilidades y de símbolos despreciables, pues no tienen valor alguno frente a la gloria
perfecta. Hay una gloria por encima de la gloria y un poder por encima del poder. Por
eso nos ha sido hecho patente lo perfecto y el secreto de la verdad. Y el Santo de los
Santos se (nos) ha manifestado y la cámara nupcial nos ha invitado a entrar.
Mientras esto permanece oculto, la maldad está neutralizada, pero no ha sido
expulsada de la simiente del Espíritu Santo, (por lo que) ellos siguen siendo esclavos
de la maldad. Mas cuando esto se manifieste, entonces se derramará la luz perfecta
sobre todos y todos los que se encuentran en ella [recibirán] la unción . Entonces
quedarán libres los esclavos y los cautivos serán redimidos.
126. [Toda] planta que [no] haya plantado mi Padre que está en los cielos [será]
arrancada. Los separados serán unidos [y] colmados. Todos los que [entren] en la
cámara nupcial irradiarán [luz], pues ellos [no] engendran como los matrimonios que
[...] actúan en la noche. El fuego [brilla] en la noche (y) se apaga, pero los misterios
de esta bodas se desarrollan de día y (a plena) luz. Este día y su fulgor no tienen
ocaso.
127. Si uno se hace hijo de la cámara nupcial, recibirá la luz. Si uno no la recibe
mientras se encuentra en estos parajes, tampoco la recibirá en el otro lugar. Si uno
recibe dicha luz, no podrá ser visto ni detenido, y nadie podrá molestar a uno de esta
índole mientras vive en este mundo, e incluso, cuando haya salido de él, (pues) ya ha
recibido la verdad en imágenes. El mundo se ha convertido en eón, pues el eón es para
él plenitud, y lo es de esta forma: manifestándose a él exclusivamente, no escondido
en las tinieblas y en la noche, sino oculto en un día perfecto y en una luz santa.
Evangelio según Felipe